Hace unos días se conoció de la muerte de un hombre que teniendo secuestrado a una adolescente y su hijo fue muerto de dos disparos en la cabeza luego que había pedido como mediadores a un periodista y un sacerdote para que sirvieran de mediadores y el coronel Santo Lora Báez, penetró disfrazado de sacerdote para tiempo después asesinarlo, para supuestamente salvaguardar la vida de las personas que estaban secuestrada y que ha consternado a prelados y adeptos del catolicismo, por ser una acción burda, por usar una vestimenta clerical, para engañar al secuestrador y posteriormente asesinarlo.
El joven José Antonio Reyes Ulloa, alias El Gordo, al observarlo en un video que le hizo firmar a la periodista que penetró al lugar, Solanyi Borge, se observa a una persona con trastorno, que parece estar bajo efectos de estupefacientes, pero muy cuerdo.
En primer lugar el secuestro lo uso como un recurso para salvaguardarse, después de herir un jovencito de 17 años, porque supuestamente lo acuso de un asesinato, que todo el tiempo negó; también hizo alusión a la traición que le habían hecho e insistió en hablar con un amigo como si presintiera que iba a morir y quería despedirse; el fiscal de nombre Rolando no pudo convencerlo, pero pidió un periodista y un sacerdote como entes de mediación con credibilidad y humanismo; además tuvo la Mea culpa de expresar que tanto le dijeron que no usara armas de fuego y lo hizo; también expreso que en un momento le pasaba el arma a la secuestrada para que lo matara y más conmovedor que pedía que le leyeran el Salmo 91, que entre otras cosas dice…”si tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios en quien confió!, solo puedes librarte de trampas ocultas y plagas mortales, pues te cubrirás con tus alas y bajo ellas estará seguro”, señal que Antonio Reyes, de quien se dijo era estudiante de medicina, era un creyente en Dios.
“Siéntate manito” fue de las últimas palabras del gordo al “sacerdote”, lo que demostraba que este joven podía ser convencido de la locura en que se había metido y que desistiera de ella…pero afuera se oyeron dos disparos y una voz que dijo entren, para acto seguido entrar un grupo de policías y arrastrar la víctima hasta un vehículo que esperaba fuera, demostrando el coronel la actitud criminal de muchos miembros de la uniformada.
Antes de terminar, algunas preguntas: ¿Qué cura prestó su vestimenta, para dicha acción? ¿Por qué ese cura no asumió la responsabilidad de intervenir, en dicho caso? ¿Dónde llevaba el coronel la pistola, dentro de la biblia, debajo de la sotana o envuelta en la casulla con la cual se realiza la eucaristía? ¿Someterá la policía nacional al coronel que cometió el homicidio? ¿Sancionará la iglesia al sacerdote que prestó su indumentaria?