San Francisco de Macorís, que siempre ha sido un pueblo laborioso, emprendedor y aguerrido, está siendo arropado por foráneos que, amparados en el uniforme, han venido a someter a sus hombres y mujeres al más vil de los maltratos y humillaciones actuando con altanería, arrogancia frente a simples y humildes ciudadanos que luego de una intensa jornada de trabajo, buscan aliviar sus preocupaciones con un poco de diversión.
No es un secreto para nadie que los famosos operativos que realiza la P.N tienen una marcada persecución contra establecimientos comerciales y comerciantes de nuestra ciudad con la excusa de prevenir la expansión del COVID 19, sin embargo, esto constituye un show mediático para hacer creer a la ciudadanía que están realizando su trabajo, ya que sólo intervienen en lugares específicos aunque cumpliendo con los protocolos de las autoridades de salud, en otros, sin embargo, repletos de personas, aglomeraciones sin distanciamiento social, sencillamente se hacen de la vista gorda , entonces yo me pregunto: Porqué para unos aplica la ley y para otros no? ¿Dónde está el Estado de derechos que supuestamente tenemos? Se puede prevenir el contagio recogiendo personas humildes y tirarlos como cerdos en un camión, pasearlos por el pueblo como si fueran delincuentes y luego arrumbarlos en el cuartel en una celda sucia, mal oliente, ¿en condiciones infrahumanas? Creo que lejos de prevenir, estos operativos están propiciando una propagación masiva. No preguntan, no permiten explicarse, recogen y juntan mansos y cimarrones, profesionales de diversas áreas e incluso turistas que iban camino al aeropuerto del Cibao, se detuvieron en una bomba a despedir a un amigo y fueron arrestados sin dar tiempo a hablar, por lo que perdieron el vuelo a los EE.UU. Esto empaña la imagen de nuestro País que en estos momentos trata de impulsar la economía con el repunte del turismo. Esto no puede quedar impune, nos afecta a todos de forma directa o indirecta.
Es hora de que paren los atropellos que se están cometiendo en nuestro querido pueblo por parte de un grupito que se ha adueñado de la poca tranquilidad que sentimos luego de haber estado encerrado por más de medio año.
El deber de la P.N es proteger al ciudadano, garantizar la seguridad ciudadana, proteger vidas y bienes, realmente están haciendo de todo, menos lo que les corresponde, montar un aparataje como si estuviéramos en guerra, con un grupito de ineptos detrás, que dicen llamarme periodistas, para mofarse y humillar a las personas apresadas durante los famosos operativos. Todo esto atenta contra la dignidad humana, los derechos humanos, la constitución de la República Dominicana y no podemos consentirlo venga de donde venga.
Hacemos un llamado a la atención a las autoridades de la Provincia Duarte para que reaccionen ante esta situación, no permitan que San Francisco siga siendo objeto de burlas y atropellos, si realmente no quieren que la ciudadanía se divierta, sencillamente, deben cerrar todos los negocios y entonces la gente no tendrá para donde ir, pero si autorizaron a abrir y cumplen con los protocolos, y ofrecen sus servicios dentro del horario establecido, dejen en paz a la gente que está cansada de tanta presión, incertidumbres, preocupaciones y vejaciones.
Señores agentes de la P.N hagan su trabajo, visiten los barrios, ustedes saben mejor que nadie donde estàn los que atentan verdaderamente contra la tranquilidad y la armonía que caracteriza nuestro pueblo. Se les olvida, que nuestros impuestos para pagar sus sueldos y los vehículos en los que se desplazan tranquilamente y que merecemos respeto.
Acciones como estas deben ser repudiadas por toda la población, no nos damos cuenta que nos están pisoteando y violando constantemente nuestros derechos, no nos oponemos a que las autoridades hagan su trabajo, pero no es la forma arbitraria con la que actúan que va a detener la pandemia. Estas cosas sólo se ven en nuestro país porque no hay régimen de consecuencias, estamos volviendo a la época primitiva de barbarie donde predominaba la ley del más fuerte. Basta ya de atropellos, despierta San Francisco, no podemos volver al pasado, no más retroceso, en pleno siglo XXI no se puede tolerar la barbarie.