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Ideología de la pobreza.
Jesús miró a sus seguidores y les dijo: «Afortunados ustedes los pobres, porque el reino de Dios les pertenece. Afortunados ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán completamente satisfechos. Afortunados ustedes que ahora lloran porque no tienen abrigo, alientos ni un techo digno, porque luego no podrán contener su alegría. Marcos 20/21
Y estando Jesús en Bethania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer teniendo un alabastro de ungüento de nardo espique (una especie de Dignified Privée) de mucho precio; y quebrando el alabastro, lo derramó sobre su cabeza. Este derroche de valor económico de un bien tan preciado como el alabastro, produjo el enojo de algunos de sus discípulos pues entendían que un perfume tan caro podía venderse para alimentar a los pobres; pero al darse cuenta Jesús les dijo: “.Dejadla; ¿por qué la fatigáis? Buena obra me ha hecho, pues siempre tendréis los pobres con vosotros, y cuando quisiereis les podréis hacer “bien; más a mí no siempre me tendréis”. Marcos 14/7
Si el líder más influyente en la historia de la civilización actual en el Sermón de la Montaña hubiera dicho bienaventurados los pobres que luchan contra la opresión, la explotación del hombre por el hombre y contra toda forma de dominación colonial o imperial, futura o presente y que como yo están dispuestos a entregar sus vidas y a morir en la cruz por la construcción de un mundo a favor de la igualdad y inclusión social, posiblemente viviríamos en un mundo más cristiano, con menos inequidad e iniquidad y menos perverso que el que nos ha tocado vivir.
El autor principal de la ideología de la pobreza, aquel otrora joven revoltoso, que por ser un tirapiedras debió haber nacido en mi pueblo San Francisco de Macorís y hoy fuéramos el principal destino turístico del mundo, aquel Jesús que según Robert Amberlain, gran Maestro Masón, autor de más de 40 obras sobre historia de las religiones y ocultismo, entre
sus obras sobresale por la meticulosidad de la investigación, la titulada “El Hombre que Creo a Jesucristo” en la que afirma que Jesús dirigía pandillas juveniles que bajaban de las laderas de galilea drogados por el consumo de hachís, droga extraída de las flores de cannabis o mariguana, y en cuyo estado alterado de la mente, también alteraban el orden y actuaban como rufianes molestando a los ciudadanos de Galilea.
Este Che Guevara de la palabra, años después se convierte al sistema y crea los fundamentos de la ideología de la pobreza, la peor arma de dominación que disponen los poderosos para dominar en paz y decirle a los peores de los pobres, que son los pobres de espíritu, que su pobreza le será recompensada con la gloria eterna, porque luego no podrán contener la alegría de haber sido indigentes en la tierra: Marcos 20/21.
Que el líder de líderes de la civilización cristina, el hombre que dividió el mundo en antes y después de él, proclamara la resignación a la pobreza era una bienaventuranza, una virtud para ganar la gloria eterna, es el más mortífero de los instrumentos de dominación puesto en las manos de colonizadores y capitalistas salvajes y a la vez el mayor freno para la liberación, para ganar la lucha contra la pobreza y liberar los más de 3,400 millones de oprimidos que ocupan actualmente el planeta.
Para logara este ideal de redención, hoy en medio de una pandemia como el COVID19, será preciso emplear el método que sea, INCLUSO EL DE LAS ARMAS, para liquidar de una vez y por todas la pobreza, la inequidad y la injusticia económica.
Concluyo este capítulo afirmando que el mayor enemigo de los pobres es aquel que una vez disque multiplico los panes y los peces para alimentar la multitud de hambrientos y sostenemos que el mundo fuera diferente si en lugar de darles panes y peces les había dado anzuelos para pescar o fusiles y otros instrumentos de lucha para enfrentar el Estado al que servía aquel que se lavó las manos para que el hijo de José y de María fuera crucificado por sedición y revoltoso.