El doctor Manuel Mora Serrano, Premio Nacional de Literatura 2021, ofreció de manera virtual un discurso de agradecimiento al ser homenajeado con la dedicatoria del Séptimo Festival Cultural Internacional Maestra Ana Luisa Arias y propuso que San Francisco de Macorís se convierta en la capital Cultural de la Región Nordeste.
A continuación su discurso:
“Al agradecer que se nos haya dedicado este espacio en la Séptima Versión del Festival Cultural Internacional Maestra Ana Luisa Arias, en ocasión de haber resultado ganador del Premio Nacional de Literatura de este año, deseamos dedicarlo In Memoriam a las siguientes personalidades de la Región Nordeste: A Rafael Ortega González y a Violeta Martínez de Ortega; a los escritores Hilma Contreras Castillo, primera con el galardón del Premio Nacional de Literatura de esta ciudad y a sus compueblanos Melba Marrero de Munné, Alfredo Fernández Simó y Eurídice Canaán Fernández; a Mélida García, de Cotuy; a Francisco Nolasco Cordero, de Pimentel, y a Plinio Quiñones Florimón, de Matanzas, Nagua, y a todos los demás que ya no están.
Lamentando no poder estar personalmente con mis queridos macorisanos; empero, gracias a la tecnología podemos dirigirnos virtualmente a esa heroica capital de la Región Nordestana.
Sin abundar en ello, diremos, que frente a la visita reciente de la Dra. Enma Polanco Melo, primera mujer rectora de esta Universidad, con sectores productivos de la región, nos llenó de esperanzas, ya que ha sido una de nuestras preocupaciones, al extremo de renunciar a la rectoría de la Universidad Nordestana en formación, porque deseábamos, precisamente, que fuera una especie de Instituto para el desarrollo pleno de la región y no una casa de altos estudios más, por útil y necesaria que en aquel momento fue.
Pensamos que era un desperdicio, que siendo esta una de las regiones más potencialmente ricas del país, necesitando urgentemente no solo lo prometido en dicha reunión, sino una siembra de instituciones acorde con los tiempos tecnológicos que vivimos, para alcanzar la plenitud de su desarrollo.
Diciendo, así, de pasada, que el ejemplo de la Nazario Rizek, de un almacén de compra y venta de frutos, especialmente de cacao, se haya convertido en un monstruo empresarial, sin que, hasta ahora, otros potenciales comerciantes o hacendados hubieran seguido su ejemplo industrial.
Perdonen que hablemos de estas cosas, pero preguntamos: si tenemos cinco provincias incluyendo esta: Hermanas Mirabal, Juan Sánchez Ramírez, María Trinidad Sánchez, y Samaná, que tienen de todo: Llanos fértiles, montañas no demasiado altas, zonas de regadío, ríos torrentosos, presas, mar en todo el litoral, gentes laboriosas y juventud briosa ¿Por qué no completarlo recibiendo el pan vivo de la enseñanza y la inversión industrial? Producimos arroz en cantidades sin que los arroceros y los dueños de factorías hayan enviado a sus hijos o a otros familiares a Japón o a China a aprender cómo se hacen compotas, vinos, vinagres, etcétera. Y lo que es peor, sin que lo pecuarios, que producen carne de primera calidad y los productores de viandas, no se hayan asociado para industrializar sancochos, locrios o asopaos y otras especialidades criollas enlatados, con una clientela segura en los emigrantes nuestros que suman millones. Además de ese renglón, jugos y refrescos de frutas y junto al mar, una pesca científica que abasteciera los mercados y enlatara sus productos sobrantes.
Pido excusas por haber pensado primero en la comida y en la riqueza; empero, recordemos aquello de “Pienso y luego existo” de René Descartes (1596-1650), modificada por la materialística expresión: “Yo como y luego pienso”.
Dicho esto, es nuestro deseo, que las salas edilicias de las cinco provincias se preocuparan junto a los ministerios de Cultura y de Educación y otras instituciones, por dar a conocer la vida y las obras de sus artistas. Particularmente, de sus escritores. No se divulgan sus obras, no se publican antologías ni biografías, no hay tarjas donde nacieron o vivieron músicos, poetas, narradores, escultores, pintores, arquitectos ni hay estatuas ni bustos de ellos en las localidades.
Ha llegado la hora de que San Francisco de Macorís deje de pensar que es un pueblo grande con categoría de ciudad sino la de asumir su papel de Capital de la Región Nordeste y requerir como tal, que existan Viceministerios ejecutivos, distribuidos de acuerdo con las necesidades más urgentes en zonas interiores o marítimas, como si fuese un estado y no una suma de simples provincias dispersas. Soñar no cuesta nada.
Creemos también, que hay que recoger todo lo escrito por los principales autores, no importa sus posiciones políticas o religiosas y publicar sus obras completas. Sabiendo las dificultades, de ahora en adelante, sería necesario el asesoramiento del Archivo General de la Nación y la Biblioteca Nacional para poder hacer una gran biblioteca física y virtual que aglutine la mayor cantidad de obras de la región, para que en vez de ser una ciudad más del norte, sea la capital ejecutiva de toda la Región Nordeste.
Con estas ideas, con la esperanza de que otros escritores, que los hay, sean reconocidos con el galardón mayor que hoy celebramos, pensando que existen talleres, de que hay artistas, cuyos nombres quizás no suenen, pero que hacen su trabajo, y escritores que publican libros y colaboran en diversos medios, pensamos que no son sueños, sino realidades posibles.
He evitado citar nombres de vivos o de artistas fallecidos, pero lo dicho vale para todos. Que alcancemos cuando menos como el título de aquel libro de Jorge Luis Borges (1899-1986) algo del “Tamaño de la esperanza”.
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