Empecemos por el final, a pesar que lo último abajo será lo mejor. En resumen, las redes en mayor proporción, solo sirven para el ocio y, en menor proporción para trabajar o educarnos. Los que pocos prestan atención, es que está aumentando el odio entre las personas y conduciendo a más hechos de violencia como consecuencia de esto. Tranquilos, que ya les explico.
Ahora sí, vayamos desde el principio. No solo nos hacemos cada día más viejos, evolucionamos. O como muchos dirían, involucionamos. Durante la primera guerra mundial, pasaron meses antes de que el mundo se enterase que algo estaba pasando por algún lugar allá remoto llamado Europa. Solo días, cuando inició la segunda guerra. En la actualidad, los Talibanes invaden a Afganistán y en menos de 3 horas, el mundo lo sabe.
Soy de los que tuve una de las primeras computadoras del barrio, con Dial-Up, no se imaginan lo que era que entrara una llamada y se cayera la conexión. En mi caso, nunca me llamaron tanto los programas de mensajería, que fueron la base previa a las redes. Prefería jugar con mis amigos en la calle que hablar con gente que ni conocía. Hacia la década del 2000, era mejor jugar dominó en “Cafecito” de la Tiradentes mientras estudiaba en Santo Domingo. Ni hablar los miércoles o viernes con grupos de música en vivo en el Tanque cuando estaba en SFM. Los mejores tiempos de Herradura, Joaquín o ese grupo de merengue de La Vega que tocaba los miércoles y ya nombre ni recuerdo. Antídoto, creo. ¿Para qué usar las redes? No las necesité, mi ocio era y sigue siendo, sociabilizar directamente con mis familiares y amigos.
Empecé a usar las redes, cuando tratando de informarme, tenía que entrar una a una a las páginas de cada uno de los medios que me interesaba. El proceso era lento, tedioso, además, debía leer todos los titulares para saber a cuál de estos iba a hacer click. Hice mi investigación. Pros y cons. Entendí que la que mejor iba con lo que necesitaba, era Twitter. No digo que es la mejor, no me juzguen mal, solo que la que más uso. 140 caracteres, hoy 280 eran suficiente para sintetizar. Así que puedes tener mucha información, de diferentes cuentas, sobre muchos temas en corto tiempo. Si me interesa algo a más profundidad, entonces entro en esa página y abundo. Otra cosa interesante, saber lo que se está hablando más en el momento o lo que es tendencia, puedo ver lo que piensa alguien a quien no sigo y puedo decir lo que pienso y leerlo alguien que no me sigue.
En la medida que subo contenido, otros que no me siguen me ven o leen y lo encuentran interesante, me van siguiendo o dando follow. A medida que mis seguidores crecen, me convierto en Influencer. La meta de todas estas personas, búsqueda de “likes”, atraer más seguidores y poder ver su cuenta crecer. No todos entienden la relevancia de esto, ¿para qué es importante o más bien, con qué se come eso? Dinero, si, dinero. Puedo ganar por publicidad que sale junto con lo que subo o puedo cobrar por decir algo. Mientras más me siguen, más grande el cobro. Al menos, eso es lo que nos han metido por entre ceja y nariz, esa es la razón por la que tanta gente anda dando brincos o haciendo cosas arriesgadas, pues tienen la esperanza de que un día puedan vivir de eso.
Ahora el triste golpe de realidad. Aunque no lo entendamos o lo miremos de la misma forma. Pasa lo mismo en el deporte. Podemos a ojo de buen cubero decir, que cerca de la mitad de las familias, tienen al menos 1 hijo practicando pelota, pues sueñan que puedan llegar a las grandes ligas. Mis números muestran que actualmente sólo cerca de 100 dominicanos están activos en grandes ligas. Lo mismo pasa con quienes viven al 100% de crear contenido en las redes, si empezamos a mencionar cuentas, no llegamos a ese número de 100 y veremos que será difícil llegar a mencionar después de 20 o 30. Miles, quizás cientos de miles, dedicando largas jornadas y esfuerzo. Al final, ni siquiera un centenar llegará a ganar dinero suficiente.
La parte fea, oscura detrás de todo esto; radica en lo que se llega a hacer para conseguir la “influencia”. Estamos hablando de pornografía, exhibicionismo, poner la vida en constante peligro… y un gran etc.
En el otro extremo, están los “haters”. ¿Bullying en el colegio, universidad o trabajo? Paja de coco en comparación. Estas personas que, por tener una forma de ver las cosas diferentes a las tuyas, son capaces de caerte arriba de manera despiadada. Son altamente ofensivos, insultantes. Se ponen de acuerdo con otros que piensan igual que ellos y les alertan para que también formen parte del ataque hacia ti. Denuncian tu cuenta para que sea cerrada o dan un No me Gusta, para que no puedas monetizar. Te imaginas cómo debe ser, trabajar durante años para construir una comunidad alrededor de un usuario y, que, en 48 horas, todo esto se venga abajo, solo por el hecho de haber hecho o dicho algo que incomodó a alguien.
Son muchos los hechos actuales que han desencadenado sangre, que tienen su origen en foros de haters en las redes. Asalto al Capitolio, Protestas recientes en Cuba, Colombia, España con el rapero que no se queda atrás. El miedo que me da, es que cuando te parcializas, solo buscas información que hace crecer tu fanatismo, lo que provoca que el odio se agigante.
Para finalizar, dos recomendaciones:
- Está bien que quieras ser una gran personalidad, tener muchos seguidores y llegar a ser famoso. Piensa siempre en tener un plan B por si no llega a ocurrir como crees. Estudia y fórmate en paralelo, no importa la edad, puedes aprender un nuevo oficio y te puede garantizar vivir, tal vez no de lujo, pero hay más probabilidades de que fluya el dinero.
- Padres: no dejen NUNCA, de revisar las cuentas de sus hijos en redes y las publicaciones que están haciendo. No importa la edad que estos tengan. He presenciado el más reciente, feroz y destructivo ataque del FANDOM llamado ARMY, un grupo de seguidores de una banda de K-POP coreano BTS. Superó mi capacidad de asombro, y confieso que tengo un alto umbral para sorprenderme. ¿Saben que es peor? La cantidad de cuentas que formaron parte del ataque que son este país. ¿Se quieren asustar más? No solo googleen, si conocen a alguien menor a 20 años, que seguro si, pregunten al respecto, luego verán, cuan ignorante somos los más mayores y cuánto peligro tenemos al lado. Lo comparan con una religión y es más tóxico que la tóxica de los memes.