LOS AFECTADOS CUENTA CÓMO LLEGÓ EL TORNADO QUE TOMÓ POR SORPRESA A CINCO FAMILIAS, DOS DE LAS CUALES SE QUEDARON SIN HOGAR
Cuando ocurrió el tornado, un poderoso torbellino que afectó a cinco familias en el sector La Ureña de Santo Domingo Este, dejando dos de éstas a la intemperie, Laura Rodríguez, de 19 años, se encontraba preparando el almuerzo mientras su esposo, de 20 años y su pequeña hija, de año y medio, permanecían en la cama.
El fenómeno que azotó las humildes residencias alrededor de la 1:30 de la tarde del pasado domingo, transcurrió en fracciones de segundo.
“Yo sentí una brisa, pero me quede tranquila porque pensé que no era nada, y cuando vi que el zinc se levanto me le tire encima a la niña para que no se la llevara”, fue la experiencia de Laura y su familia al momento del ventarrón.
La joven familia convivía en el lugar hace aproximadamente dos meses. La vivienda quedó totalmente destruida.
Al finalizar el vendaval, Laura dice que corrió a donde su madre, quien vive a unas cuadras, a llevar la niña y que luego, junto a su esposo, procedió a tapar los ajuares del hogar, ya que minutos después “empezó un fuerte aguacero”. La pareja se encuentra en casa de la madre de Laura.
En esas mismas circunstancias, y viviendo donde un vecino, se encuentra Odalis García, un ciudadano haitiano de 38 años, quien al momento del tornado se encontraba junto a un amigo preparando el almuerzo de ambos.
El fuerte viento lo dejó sin palabras: “Eso llegó de repente.Yo escuché la bulla cuando eso venía acabando (el tornado), y me dije: pero nadie anunció ciclón, porque yo veo las noticias y no escuché nada”.
Su sorpresa fue tan grande que pensó que se trataba de un terremoto. Al ver el zinc desprenderse de las cuatro paredes expresó a su amigo “nos jodimos hoy”.
“Ese techo se fue enterito como una mariposita en el aire”, explicó. El remolino llevó consigo un televisor, un abanico, parte de su ropa y un equipo de música que Odalis habría comprado hace pocos meses.
En el caso de Emilio Claret, el tornado afectó la mitad de su hogar, ya que la vivienda solo estaba techada de zinc a la mitad.
El anciano, de 73 años, se encontraba en compañía de sus dos nietos, Emil y Amil Claret Paulin, de 9 y 8 años, respectivamente.
La historia contada por Emilio reflejó el gran temor que sintió al ver “esa nube blanca que venía a lo lejos”. Inmediatamente, protegió a sus nietos llevándolos a una de las habitaciones, quienes luego empezaron a llorar al ver que el zinc se desprendió.
En un abrir y cerrar de ojos Emilio dice haber visto el zinc de su vivienda volar. “La brisa se llevo todo eso (el zinc)”. Sin embargo, agradece a Dios haberlo dejado vivo a él y a los dos pequeños.
Emilio reside junto a su hija Cristina Claret, de 43 años. En ese momento, Cristina estaba en un pequeño negocio de su propiedad.
Su vecina de enfrente, Buenaventura Robiu, también resultó afectada por el torbellino. En su casa, una pared que dividía la marquesina de la galería colapsó a totalidad.
Junto a ella se encontraba su esposo, Algelis Trinidad, y sus tres hijos, Rossi, Algenis y Rosauri Trinidad Robiu. La familia, conformada por cinco miembros, se encontraba en el comedor almorzando cuando de repente escucharon el ruido.
Asimismo, la señora Idaliza Matos Rivas, propietaria del Colmado Jaragua perdió alrededor de 50 a 60 mil pesos con el paso del torbellino, ya que este provocó que la mayoría de la mercancía y el zinc que cobijaba el negocio se perdiera.
“Se dañó el arroz, se dañó el azúcar, las toallas sanitarias, las servilletas, los jabones, el papel de baño, el zinc se fue por completo”, explicó Matos Ribas, quien al momento del ventarrón estaba dándole de comer a un nieto que se encontraba en la casa.
“Una de las cortinas me cayó encima, y siento un movimiento, y cuando salgo aquí afuera (al colmado), veo todo desolado y comencé a gritar”, narró. En la casa estaban también, su sobrino, su madre y un esposo de su hija.
Al lugar, hasta el momento y, según las declaraciones de los afectados, solo asistieron los bomberos y un grupo de paramédicos. Sin embargo, aún no han recibido ninguna clase de ayuda.