“El equipo correcto aumenta tus fortalezas y disminuye tus debilidades”
¿Estás en el trabajo correcto?
¿Tienes una relación sana?
¿Perteneces a tu equipo ideal?
En la cotidianidad, con demasiada frecuencia se suelen escuchar las quejas de personas insatisfechas con su estilo de vida, con su trabajo, sea por temas de salarios o por problemas interpersonales con otros colaboradores.
Es común observar como alguien que está en una relación sentimental se enoja o se deprime por no ser correspondido en el buen trato o tras ver que su vida se estanca a la sombra de la otra persona.
En esta ocasión me gustaría que juntos analicemos el tema de estar en el equipo correcto. Un lugar, relación, trabajo, una familia en que creces como persona, donde se te valora, se te motiva, corrige, promueve, donde se procura tu crecimiento, desarrollo y se vela por tu salud mental y física.
Es posible que estés de acuerdo conmigo en que, por lo general en los momentos de necesidad, es cuando se aceptan trabajos en empresas donde sabemos que no encajamos o con jefes que demuestran lo que son desde la misma entrevista.
En tiempos de soledad, embriaguez, inmadurez por no decir juventud, es cuando más se suele uno unir sentimentalmente a personas que luego descubrimos que más que tóxicos son nucleares.
Es desgastante intentar sin tener explicación encajar donde no cabe uno. Intentar complacer y hacer felices a quienes te rodean, a costa de tu propia felicidad es algo que más de una vez hemos intentado y muy posiblemente aún seguimos en ello.
Una experiencia distinta vive quien siente que está donde sí es valorado y aceptado, aún cuando son tangibles sus defectos. Lo que importa no es si tiene debilidades o no, porque a lo que se le presta real importancia es a la persona, ofreciendo con amor y paciencia sugerencias de mejora y reconociendo las virtudes.
Hace tiempo escribí la frase ¨Se astuto para saber cuándo no se te valora y haz lo posible por alejarte, y se sabio para entender donde sí se te aprecia y haz hasta lo imposible por volver¨.
Es bastante inteligente entender que los demás tienen un carácter, una educación y una forma de ser, pero no debes pagar tú, por los problemas internos que padece alguien más.
No te sacrifiques al extremo por permanecer dónde con tu presencia lastimas a otros y te lastiman. No fuerces al grado de deformar una relación y no te quedes hasta ser aborrecible en un mismo lugar, porque incluso los animales saben cuándo emigrar.
Hoy en los cementerios y cárceles hay mucha gente que no entendió que estar no es ser, que el hecho de que compartas con alguien no implica que deba ser eterno, y más hoy en día que es tan común fingir ser alguien distinto a la persona que realmente se es.
Si te enamoras de alguien que se esconde tras un personaje fingido y con el paso del tiempo le descubres, debes evaluar con serenidad el grado de salud emocional de ambos y el rumbo que esté tomando la relación, porque no ha sido culpa tuya mal decidir.
Del mismo modo, si tras ver tus talentos y habilidades alguien te ofrece algún empleo con engaños de un bienestar en el ambiente laboral y notas con el tiempo que has sido timado, estás en todo tu derecho de renunciar y salir a encontrar lo que realmente buscas.
Recuerda que estar es solo intentar encajar, pero ser, es saber que formas parte.