El día que Amaury Cordero se casó con la gloria no durmió y comió menos de lo acostumbrado en los días que tenía competencia.
Si bien es recomendable siempre ingerir alimentos frugalmente previo a subir a la plataforma, lo cierto es que la tensión que las dos noches anteriores no le dejaron conciliar el sueño, también le quitaron el apetito.
De manera que, a duras penas, desayunó con una tostada y jugo de china. Al mediodía se limitó a tomar un ligera sopa de pollo.
“Ese día comí muy poco porque mi sed, mi hambre no estaba en comida, sino en competir”, relata 40 años después el único dominicano que conquistó la medalla de oro e hizo sonar las notas del Himno Nacional en los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe.
“Tenía un compromiso muy grande conmigo, con mi país y con mi entrenador Bienvenido Polanco, que siempre estuvo conmigo ahí, en mi cabecera”, manifiesta.
“¡Ahora Amaury, ahora!”
Como si siguiera un guíon cinematográfico, Amaury Cordero falló en los primeros dos intentos que hizo en los 145 kilos, un mal hábito con el que tuvo que lidiar en toda su carrera.
¡La tiene Amaury, la tiene…!” le vociferó Polanco cuando vio que con un perfecto movimiento en el tercero se llevó a los hombros la barra.
Poco a poco fue bajando los codos más allá de lo aconsejable e inclinándose hacia adelante.
“Yo di un brinco de aquí allá y le dije espera mi aviso”, relata Polanco, hoy de 81 años de edad y activo aún en su gimnasio El Espartaco.
“Cuando él se paró le dije ¥¡Ahora Amaury, Ahora..!’ y la clavó arriba”, enfatiza.
Ahí aseguró la inédita medalla de oro para Dominicana en los XII Juegos porque Guanche también registró una alzada de 145 kilos, pero el dominicano se impuso porque tuvo menor peso corporal (147 libras por 147.75).
“Cuando el atleta oye la voz del entrenador, le sale más fuerza”, explica Polanco.
José Márquez, el presidente de la Federación Dominicana de Pesas, estaba muy tenso, no vio la competencia y prefirió aguardar por el resultado en el camerino.
Sorpresa
El resultado sorprendió al propio atleta petromacorisano, que tenía como meta obtener plata en el envión, pues entendía que era imposible vencer al renombrado pesista cubano.
“Yo me crecí”, admite Cordero, quien no fue sino hasta después de haber asegurado el oro que miró al gran favorito de la jornada, quien tuvo que cargar con la chapa plateada que en principio deseaba el dominicano.
También con el oro en arranque y en total, pero eso no diezmó su frustración.
El colombiano José Martínez quedó en tercer lugar.
“Yo nunca había hecho ese levantamiento ni en práctica”, destaca el siempre apacible Cordero, quien el 14 de febrero pasado cumplió 65 años de edad.
“Para nosotros fue una sorpresa porque nuestro fuerte eran los pesos de abajo, nunca los de arriba”, reconoce José Manuel Camarena, para la ocasión un hombre orquesta de la federación (secretario, asistente del entrenador, escribiente y algo más).
Lamento de Camarena
Camarena dice que el equipo de halterofilia nunca fue enfocado por las autoridades deportivas, pero el cuerpo técnico y los dirigentes de esa federación pensaban lo contrario.
Ellos proyectaban que San Lázaro de la Cruz podía colgarse la chapa dorada en la categoría de los 52 kilogramos, pero la falta de una simple muñequera truncó esa posibilidad.
De la Cruz, también oriundo de la Sultana del Este, obtuvo plata con la primera alzada de 85 kilos que hizo. Hasta ahí llegó su participación y no pudo hacer las restantes cinco que tenía pendiente porque se resintió la muñeca.
“Lázaro tenía tanta fuerza que con un primer movimiento asegura la plata, pero no hizo los otros dos movimientos del arranque y mucho menos pudo salir para el envión porque no apareció la famosa muñequera”, manifiesta Camarena sobre un simple detalle que debió ser tomado en cuenta por las autoridades de la entonces Dirección General de Deportes, hoy Ministerio de Deportes.
“Todos se aparecieron cuando Amaury ganó la medalla de oro. Yo no sé de dónde aparecieron”, apunta Camarena. “Hasta ese momento, nosotros éramos la federación olvidada”.
El hito de Cordero, quien también agregó una de bronce en el total (230 kilogramos) impidió que la Mayor de las Antillas cargara con las 30 preseas auríferas que vinieron a buscar en el campeonato de halterofilia del evento regional.
La cuarta medalla aportada por pesas al país la cargó “El Pollito” Rafael Ortega, de La Vega, en la división 56 kilos con un arranque de 82.5 (bronce).
MÁS MEDALLAS
La selección de boxeo, entrenada por Pascual Sánchez y Ramón Paula, alcanzó cinco medallas y escoltó a la de pesas en cuanto al mejor papel desarrollado en la justa. Alejandro Pérez obtuvo plata, mientras que Hugo Natera, Teodoro Ozuna, Alejandro García y Francisco Saviñón lograron bronce. Otra chapa de plata acumulada por la delegación dominicana tuvo como protagonista al equipo de béisbol, dirigido por Rafael Luis López.
El luchador Justino de los Santos, en la categoría semipesada, también ocupó el segundo lugar en lucha, así como el relevo 4 por 100 metros con un crono de 40.35. La cuarteta al integraron los velocistas Porfirio Veras Mercedes, Julio Meades, Enrique Javier Amarante y Gil Tomás Fortuna.
Otros deportes de conjunto que ganaron plata y pudieron subir al podium fueron los voleibol en ambas ramas y en basquet femenino.
El yatismo sorprendió al agregar dos bronce al medallero. El binomio de José Gómez-José Abreu quedó tercero en Flyng Dutchman en la prueba de 8.1 millas que tuvo como escenario la bahía de Andrés, Boca Chica.
Generoso Gómez sumó otra chapa bronceada en la clase Finn Juan Chalas, en la categoróa 63 kilos, fue favorecido por un “bye” y ganó bronce en judo.
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