La fundación Caamaño, Efemérides Patrias y otras entidades desde el pasado 2 de febrero, han estado realizando un abanico de actos de corte patriótico, para conmemorar el 50 aniversario del asesinato del coronel de Abril y Playa Caracoles, Francisco Alberto Caamaño Deñó.
La presente generación tiene el privilegio de recibir y cuestionar de manera liberal el contenido de cada uno de esos actos, razón de que algunos están cargados de sentimientos patrióticos, pero otros están cargados de “malicias y oportunismos”.
Es que vienen de personas que antes y después de aquel glorioso 24 de abril de 1965 han asesinado la memoria histórica de Caamaño, al tratar de desconocer que este héroe nacional abrazando la hombría de Duarte y Luperón, el 28 de abril decidió junto al pueblo enfrentar el poder militar y económico más grande del mundo, hablamos del gobierno de los Estados Unidos.
Esas calificadas “ratas” y “vividores” en este 50 aniversario del asesinato de Caamaño, se lucen con posturas y revelaciones que hay que tomarlas con pinzas, porque algunas son el producto de “resquemores” y posibles mandatos de la reacción y del Imperio.
En Caamaño y el coronel Fernández Domínguez, entre otros tantos, tenemos deudas gratitud, porque entregaron sus vidas en las llamadas “Trincheras del Honor” y en las escarpadas montañas de Quisqueya, para que nuestra condición de República libre e independiente jamás desaparezca.