En el pasado reciente se reportó en distintos sectores de esta ciudad francomacorisana y comunidades del campo, el fallecimiento de más de un centenar de personas al comprar e ingerir bebidas adulteradas.
Por esta misma situación se conoció la muerte de otras personas en la ciudad de Santiago, Santo Domingo, San Pedro de Macorís, Cotuí, la Romana y la población de Bonao, entre otras.
En esa oportunidad el Ministerio de Salud emitió un documento mediante el cual estimó que el consumo de bebidas adulteradas, de manera sorprendente había superado el número de muertos a consecuencia del Coronavirus.
Los funcionarios de ese Ministerio conjuntamente con las autoridades judiciales y de la policía, montaron operativos para retirar de los colmados esas bebidas y procedieron a identificar las existentes fábricas “clandestinas” de distintas marcas de romo, que desempeñaban sus labores en sus propias narices.
Al ingerir bebidas adulteradas en el sector “27 de Febrero”, murieron en esta semana los señores Rafael Antonio Mercedes y Lorenzo Antonio Morillo Gómez, mientras otros permanecen internados en el hospital regional “San Vicente de Paúl”.
Esta tragedia del sector “27 de Febrero” debió evitarse, si en verdad existieran funcionarios de la Regional Nordeste de PROCONSUMIDOR, que hicieran su trabajo de supervisión en almacenes, supermercados y colmados.