¿Qué escogerías si te pidieran escoger entre el don de ver el futuro y el de crearlo?
En nuestra vida diaria, muy a menudo nos encontramos reflexionando sobre el futuro. A veces, nos enfocamos en «crearlo», mientras que, en otras ocasiones, simplemente «miramos» hacia el futuro. Ambos enfoques tienen sus ventajas y desventajas, y es importante entenderlas para poder tomar decisiones informadas sobre cómo queremos manejarlo.
Crear el futuro implica tomar medidas concretas para alcanzar un objetivo deseado. Significa tener una visión clara de lo que se quiere lograr y trabajar diligentemente para hacer que esa visión se convierta en realidad. Crear el futuro también implica tomar riesgos y ser proactivo en la búsqueda de oportunidades para avanzar hacia nuestros objetivos.
Mirar hacia el futuro, por otro lado, implica observar las tendencias y patrones actuales para predecir lo que podría suceder. Este enfoque implica ser más pasivo y observador, en lugar de ser proactivo y tomar medidas concretas.
Ambos enfoques son útiles en diferentes situaciones. Crear el futuro puede ser beneficioso cuando se tiene un objetivo específico en mente y se quiere lograr de manera efectiva. Este enfoque es particularmente efectivo cuando se enfrenta un problema o desafío específico y se necesita encontrar una solución creativa para resolverlo.
Por otro lado, mirar hacia el futuro puede ser más beneficioso cuando se trata de tomar decisiones importantes en la vida, como la elección de una carrera o la planificación financiera a largo plazo. Al observar las tendencias actuales, podemos tener una mejor comprensión de cómo el mundo está cambiando y qué oportunidades o riesgos pueden surgir. Esto nos permite tomar decisiones informadas sobre cómo queremos manejar nuestro futuro.
Sin embargo, hay una desventaja en ambos enfoques. Cuando nos enfocamos demasiado en crear el futuro, podemos perdernos en los detalles y olvidar lo que realmente importa. Es importante recordar que la vida es impredecible y siempre habrá imprevistos y cambios en el camino. También debemos tener cuidado de no dejarnos llevar por el optimismo y evitar los riesgos innecesarios que puedan poner en peligro nuestro bienestar.
Por otro lado, cuando nos enfocamos demasiado en mirar hacia el futuro, podemos perder de vista lo que está sucediendo en el presente. Puede ser fácil obsesionarse con las tendencias y patrones actuales y olvidar que el futuro no es algo que simplemente sucederá, sino algo que podemos influir activamente mediante nuestras acciones.
En resumen, tanto la creación del futuro como la mirada hacia el futuro son importantes para alcanzar nuestros objetivos y tomar decisiones informadas en la vida. Debemos encontrar un equilibrio entre ser proactivos y observadores, y recordar que podemos influir en el futuro, pero no controlarlo completamente. Al tener en cuenta estas ideas, podemos tomar medidas concretas para lograr nuestras metas y planificar nuestro futuro de manera efectiva.
Tienes una tarea que realizar.
Evalúa tu personalidad y en base a tu temperamento y habilidades, empieza por ver o crear el futuro, pero acciona.
¿Quieres ver el futuro? Lee, escucha, toca y aprende de todo lo que te rodea.
¿Quieres crearlo? Crea, inventa, toma iniciativas.