{jathumbnail on} La irresponsabilidad de las autoridades civiles de la ciudad de San Francisco de Macorís, pone en peligro la salud de los comunitarios de toda esta ciudad, caracterizada por sus tenaces jornadas de luchas y continuas exigencias de reivindicaciones sociales, una de las cuales pone de manifiesto la falta de agilidad para combatir los problemas de insalubridad, a pesar de las promesas y riesgos de alto grado que representan, como son las perforaciones en la tubería mayor del acueducto de Las Guazumas, desde el cual se alimentan las redes acuíferas de gran parte de la ciudad.
Desde el año pasado las autoridades encabezadas por la gobernadora Miledys Núñez depositaron las tuberías que debieron ser colocadas antes del asfaltado de las calles, razón por la que los moradores de la zona se ven en la necesidad de extraer el agua potable de la tubería de agua mayor que abástese gran parte de la ciudad, y cuyas perforaciones representan un peligro, ya que el agua potable se mescla con las insalubridades de pocilgas, fregaderos, contenes y otras fuentes de enfermedades.
Se recuerda que en julio del pasado año 2013 la Junta de Vecinos Gregorio Luperón de la comunidad de las Guásumas, realizó una huelga, en reclamo de obras, además de solicitar la intervención de las autoridades ante un brote diarreico entre otras reivindicaciones.
Según Luis Geraldino, dirigente comunitario de esta zona, este brote diarreico cobró la vida de cuatro residentes del lugar, por lo que en diversas huelgas y manifestaciones piden se elimine la tubería mayor del agua del río Cuaba, que tiene más de 80 hoyos, entre otras problemáticas.
A la problemática se suma la falta de acción de las autoridades encabezadas por la gobernadora Miledys Núñez, la cual prometió hace 8 meses que solucionarían el problema de insalubridad en las Guazumas, llevando a la comunidad las tuberías para la colocación del agua, la cual según los moradores permanecen en el lugar desde agosto del año 2013, sin que sean instaladas, revisadas o por lo menos contactar que aún están en el lugar.
Esta situación afecta de manera directa a todos los residentes del lugar, incluyendo los niños, a tal punto que según Francisco Alberto Guzmán, director del centro educativo Eugenio María de Hostos, estos constantemente faltan a la docencia debido a las enfermedades producto de la insalubridad en el agua.
Para los padres, profesores y allegados de los estudiantes, la situación cada día se complica, debido al alto grado de contaminación en las aguas que son utilizadas tanto para los quehaceres domésticos como para tomar, por lo que exhortan a las autoridades cumplir sus promesas.
El 17 de julio del 2013 la presencia de un brote de diarrea, vómito y dolores estomacales que ha causado la muerte de cuatro personas y más 50 han requerido asistencia médica, ha causado gran alarma en la comunidad Las Guázumas de San Francisco de Macorís, porque sus moradores temen que se trata de Cólera.
Los fallecidos en menos de 15 días, son Pedro Antonio Torres, de 38 años, Andrea Valerio, de 86, Domingo Monegro de 90 y un niño de tres meses de nacido, hijo del señor Antonio Ramirez, quien junto a otro hijo de tres años, estuvieron recluidos por varios días en el hospital San Vicente de Paúl, por diarrea crónica.
Otras personas que fueron internadas en centros de salud, son: Eladio Martínez, Sobeida de la Rosa, Santo Ovalle, Gregorio Ovalle, entre otros.
El grado del problema es mayor de lo pensado, así lo demuestra Jesús Moronta director regional del Instituto Nacional de Aguas Potables, el cual confirma que el acueducto de Cuaba, abastece de agua a los sectores Chiripos, Vista San Francisco, San Pedro, Piña de Jaya, Madeja, Espínola, y otros tantos que consumen el agua contaminada.
Además el incumbente de INAPA, Confirma la reconstrucción está paralizada, ofreciendo una razón diferente a la que nos explicó la gobernadora, lo que parece ser una contradicción.
Desde hace varios años esta zona de San Francisco de Macorís, padece esta difícil situación, que le ha segado la vida a cuatro comunitarios en los últimos ocho meses, lo que evidentemente les llena de preocupación.
Las autoridades, al parecer no tienen la suficiente capacidad para dar solución a un problema que han querido minimizar, pero que en realidad ya ha costado vidas y que puede llevarse consigo otras más.