El hombre no elige espacio para nacer; el hombre escoge el lugar donde vivir. El mejor ejemplo de esta afirmación es el caso del empresario Luis María Marcelino Salcedo.
Nació en una comunidad rural de Moca el 25 de agosto de 1940 donde vivió hasta los 17 años de edad. Sin embargo el 20 de septiembre de 2011 el Ayuntamiento de la ciudad del Jaya mediante resolución lo declaró Hijo Adoptivo del Municipio de San Francisco de Macorís.
La consagración al trabajo productivo, su espíritu de servicio y la trayectoria de ciudadano ejemplar constituyen la estampa distintiva de Luis Marcelino. Es por estos atributos que la Cámara de Comercio y Producción de la Provincia Duarte al conmemorar el 71 aniversario de su fundación le rindió un cálido homenaje patentizado en una hermosa placa de reconocimiento.
Su formación disciplinaria la adquirió a su paso por la Policía Nacional a la cual ingreasó en 1960 y alcanzó el rango de Cabo en 1964. Fue encargado de la cárcel pública de Barahona.
También trabajó en 1965 en el ingenio Barahona como secretario de jefe de campo y luego como Asistente del Administrador.
Luis Marcelino es propietario de la estación de venta de combustibles que lleva su nombre localizada en la avenida Libertad, sector Ribera del Jaya.
Por su vocación de servicio, desde que llegó a esta ciudad de San Francisco de Macorís en noviembre de 1976 ingresó al Club de Leones San Francisco Central en el cual desempeñó diferentes cargos y hoy es León Privilegiado. Es miembro de la Asociación para el Desarrollo de la Provincia Duarte de la cual fue tesorero y miembro de la Asociación Dominicana de Rehabilitación filial nordeste.
Por su sentido de responsabilidad, rectitud y gozar del respeto de la ciudadanía en 1995 fue nombrado miembro titular de la Junta Municipal Electoral de San Francisco de Macorís, en la cual sirvió de forma honorífica durante 15 años.
Es colaborador de instituciones como el cuerpo de Bomberos, Hogar Crea, del Asilo de Ancianos, Asociación de Minusválidos, escuelas, iglesias, juntas de vecinos y clubes culturales.