Sin que se hubieren realizado los estudios de impactos sectoriales que conllevarían su aplicación, el Congreso Nacional ratificó el acuerdo de libre comercio que con Centroamérica y Estados Unidos firmara recientemente el gobierno dominicano; en estos momentos se debate en la Cámara de Diputados el controvertido proyecto de reforma fiscal sometido por el ejecutivo y que mantiene en vilo a los diferentes sectores productivos de la nación, ya que ninguno quiere verse afectado por los efectos de la misma.
El objetivo de la citada reforma no es otro que compensar al gobierno los 31 mil millones de pesos que dejará de percibir por la eliminación del recargo cambiario y la eliminación de los aranceles que van a ser desmontados para propiciar la entrada en vigencia del acuerdo de marras, es decir, la misma no corresponde a una estrategia de desarrollo como nación sino a una simple sustitución de recursos para perpetuar el parasitario Estado que nos gastamos.
Pero al margen de esta nueva muestra de improvisación y de falta de visión de nuestro futuro como nación, pienso que debería aprovecharse la coyuntura presente para que a los gobernados se nos den algunas explicaciones, a los fines de justificar los 31 mil millones de pesos que con tanto ahínco se reclama; sería interesante saber, por ejemplo: Cuántas personas reciben un salario del Estado sin prestar ningún servicio? Cuánto nos cuesta el Congreso Nacional y cuáles son los frutos que nos brinda? Cuánto nos cuesta la Policía Nacional? Y las Fuerzas Armadas? Justifican estos cuerpos el dinero que nos cuestan?.
Cuántas secretarias sin oficinas tenemos? Cuantos Subsecretarios? Y Vicecónsules? Cuánto gastamos anualmente en asignaciones a ONGs fantasmas? Quien fiscaliza estos recursos? En cuanto nos salen los diálogos que cons-tantemente tenemos? Cuál es el número y el costo de los Inspectores de la Presidencia? Qué función realizan estas personas? Y los Asesores del Presidente? Cuanto gasta el gobierno en publicidad y quienes son los principales beneficiarios de la misma?
Cuánto nos cuesta nuestro sistema de justicia? Cuánto gastamos en subsidiar partidos políticos? Cuál es el beneficio que esto nos reporta? Cuántos gastamos en pago de Regidores y cual es la contribución que estos realizan a nuestro desarrollo como nación? A donde va el dinero que se produce en las oficialías? A cuánto ascienden los gastos de representación, dietas y viáticos de nuestros funcionarios públicos? En cuanto nos salen las flotillas de vehículos que cada cuatro años se le regalan a los empresarios del transporte atrincherados en seudos sindicatos? Donde va a parar el dinero resultado de la corrupción administrativa que cada cuatro años se denuncia en todos los medios de comunicación? Porqué son se confisca ese dinero?.
Usted cree que vale la pena que nos sacrifiquen a todos para seguir eternizando este tipo de cosas? No sería preferible que nos libráramos de todo lo que no nos sirve para nada, en término de nación? Porqué en lugar de elegir la vía más fácil: saturarnos de impuestos, el gobierno no se decide ponerle fin a tantos años de atraso, de populismo, de demagogia de desesperanza y realiza la limpieza y las transformaciones que a gritos le solicita la sociedad? Le vamos a dejar la tarea a un guardia que se quiera casar con la gloria o vamos a esperar a que sean los organismos internacionales o go-biernos extranjeros los que nos digan cuándo y cómo hacerlo? Cuándo va a aparecer alguien que entienda que el país dura más de cuatro años y nos vincule a todos, sin importar color ni bandera, en un proyecto estratégico de desa-rrollo que nos saque de este atraso ancestral que parece nunca tendrá final? Vae Victis!
El autor es Abogado