Señor afiche, según el Diccionario de mi computadora lo define así, es un cartel o póster o una lámina de papel cartón u otro material, que sirve para anunciar o dar información sobre algo o algún evento, los afiches son imágenes pensadas y últimamente la inteligencia artificial está siendo maravilla con las fotos de los políticos feos, los gordos salen medio flacos, las políticas cuarentonas salen sin arrugas con el pelo color a Shakira, los labios más finos que libertad lamarque, y más linda que todas las novias de Agustín Lara, los políticos calvos en el afiche salen con feeling que se parecen al pelo planchado de Carlos Gardel y los jóvenes políticos en su vida real, que nos son tan feo en el afiche, salen lindo, muy lindo, tan lindo que pierden un 50 por ciento de su valor de hombre y las hembras que no sean muy fea en la vida real, en el afiche salen como un anuncio de una obra de teatro escrita por Vargas Vilas.
Señor afiche, decía don Rafael Herrera, ex director del LISTÍN DIARIO, que el político que sale en un afiche o peor aún en una valla de la grande jamás vuelven a ser el mismo su ego se daña para siempre.
Conocí una política casi analfabeta que decía con orgullo que ella nunca había leído un periódico completo solo EL JAYA, las páginas de los muertos para visitar los familiares políticamente y darle el pésame a nombre de su partido y de ella misma y de ser posible dejarle 5 libras de azúcar y 5 sobrecitos de café.
Señor afiche, nunca pensé que la llegada de la juventud a la política iba a ser un fracaso, tanto aquí en República Dominicana y otros países como España, Ecuador, Argentina, Francia, Inglaterra, Ucrania, etcétera. Pero todos estos encajan en una conferencia que dio Vargas Llosa sobre un ensayo escrito por otro que se llama la civilización del espectáculo, la ausencia de una ideología, la ausencia de una doctrina socialista, la ausencia de un líder comunista, la ausencia de un partido sin transfuguismo, y la presencia de unas iglesias con un Dios, pero sin un Cristo crucificado.
La vida se ha convertido en un espectáculo de mal gusto donde cualquiera es un candidato diría Jean Paul Sartre.
Salí por las calles y ver tantos afiches de políticos del narco, mala paga, casi cuero, chulo, vago, estúpido, oportunista, payaso, inculto, loco con iniciativa, es producirse la misma náusea de la novela llamada Náusea.
Señor afiche, sus transformaciones de las fotos inteligentes a la realidad de la persona está produciendo un paquete de narcisistas, tal cual lo plantea el famoso psicoanalista Sigmund Freud, él decía que el narcisismo comenzó, siendo una perversión y describía aquella conducta por la cual un individuo a su propio cuerpo le da un trato parecido al que daría al cuerpo de un objeto sexual, cabe decir complacencia sexual.
El narcisismo en psicología es un trastorno de personalidad es un trastorno mental el cual la persona tiene un sentido desmesurado de su propia importancia y una necesidad profunda de atención excesiva de admiración dejando muy poco espacio en su alma para amar a las demás personas y sobre todo las cosas materiales solo la quieren para ellos mismos entonces ¿por qué votar por ellos? Si usted no está loco.
Atentamente,
Manolo Bonilla
Yo no voto