El Consejo Permanente de la Iglesia Católica en la República Dominicana, emitió un comunicado instando a evitar un conflicto internacional con Haití, en relación con la construcción de un canal en el río Masacre.
Quizás en el mismo momento que los obispos dominicanos llamaban a la paz y al diálogo, el líder de una de las bandas armadas en Haití, Jimmy Chérisier, alias Barbecue, declaraba la guerra al primer ministro haitiano Ariel Henry.
Después del pedido de pacificación que hiciera el presidente Luis Abinader en la Asamblea de la ONU y la postura que asumiera el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en nada nos debe sorprender que también declare la guerra al pueblo dominicano.
Todo indica que Barbecue y otros dirigentes de las bandas armadas que se han creado en Haití, no están jugando con “tapitas” en esa parte de la isla y que están dispuestos a morir o vencer en sus propósitos, que aparentemente no son ideológicos, a juicio del gobernante dominicano.
Favorecemos todas las iniciativas que provengan para restaurar la vida democrática y la convivencia humana en Haití, pero sin ceder ni siquiera un “ápice” de nuestra Independencia Nacional, proclamada con aquel histórico trabucazo de Matías Ramón Mella el 27 de febrero de 1844.
Hoy más que nunca hagamos nuestra la frase del patricio Juan Pablo Duarte, que reza: “Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla”.