En el Siglo XV11 hubo en Europa escasez de monedas por lo que en algunos países como Inglaterra, los comerciantes se vieron en la necesidad de mandar a troquelar sus propias monedas a las que llamaron fichas.
Estas monedas privadas se siguieron acuñando durante el siglo X1X y proporcionan información sobre compañías y regiones concretas y acerca de personas que trabajaron y vivieron en ellas.
A menudo se utilizaban como medio de propaganda política y también como forma ideal de anuncios comerciales.
Este fenómeno económico se manifestó también en toda América, al cual no escapó República Dominicana.
En San Francisco de Macorís autoridades comerciales y municipales, al final del siglo XIX y principios del XX, imprimieron y acuñaron monedas en Europa, billetes y fichas a las que les llamaban “Carretadas” a estas últimas, ya que esta la principal actividad que se realizaba al pagar al carretero el transporte de mercancías y productos de la estación del ferrocarril y viceversa a los locales comerciales. También se pagaban jornales, servicios y se compraba cualquier mercancía ya que cada carretada valía 20 centavos.
Aquí en San Francisco de Macorís cada comerciante hacía circular sus fichas semanalmente, de lunes a viernes y las cambiaban los sábados por dinero fuerte (onzas de oro), pesos rayos mexicanos, papanós haitianos o clavaos) todo esto a falta de monedas sencillas, ya que sólo circulaban nicas y motas, de aquí surge el verbo desafichar que es creación del pueblo dominicano, muy usado por quinieleros y billeteros de la lotería.
Troquelaron fichas en Europa y en Estados Unidos los señores Carlos María Mejía hijo, J.B. Paulino, Manuel De Jesús Añil y Damián Silva (tío de Manolín Silva). Se daba el caso de algunos comerciantes que acuñaron toscamente las fichas con sus propios troqueles, como doña Ana Ortega de Ferreras (madre de Salvador Ortega) que troqueló fichas de 1/2, 1, 2 y 3 botellas de leche.
Hoy en día, autoridades culturales y comerciales todavía usan fichas, como el Centro Cultural León en Santiago, donde para ver las exhibiciones hay que comprar previamente una ficha de 50 pesos.
Invitamos a las personas que tengan algunas de estas piezas a comunicarse con el autor al 588-2959 para fines de compra o préstamos, ya que estamos empeñados en escribir un libro sobre fichas dominicanas.
El autor es investigador y estudioso de la historia dominicana