Lo que no se puede medir no se puede controlar, lo que no se puede controlar no se puede gestionar, lo que no se puede gestionar no se puede mejorar. José Gregorio.
El béisbol es uno de los deportes donde se evalúa cada detalle, a través de estadísticas se mide el desempeño del equipo y de cada jugador. Al finalizar una temporada, con estos resultados se eligen los mejores lanzadores y bateadores de la temporada.
Me atrevo a decir, que si una empresa mide y controla cada una de sus operaciones, como en el béisbol fuera más exitosa. El problema es que la mayoría no sabe cómo hacerlo y no cuenta con el personal idóneo para desarrollarlo.
Podemos medir el desempeño de un ejecutivo de ventas en base al tiempo que tarda en cerrar una venta, el número de visitas al cliente, cantidad de ventas por horas, por días, semanas, meses y años.
Las empresas que usan esta metodología son más exitosas, cada empleado conoce sus objetivos y sabe qué hacer para lograrlo. Se sabe en base a que se está midiendo y también se da a conocer quien cumple o no con las metas de la empresa.
Los indicadores claves de desempeño (KPI) ayudan a las empresas a entender lo bien que se está realizando el trabajo en relación con sus objetivos. Esta herramienta proporciona a los gerentes la información de desempeño que permite conocer si lo planificado en su plan estratégico se está logrando.
Por ejemplo, su empresa debe medir los ingresos a través de los cobros y las ventas al contado, los costos de producción y los gastos que incurren a través de un presupuesto. Con esta herramienta podemos medir el desempeño general de la empresa, por departamentos, por personas y por operaciones realizadas.
Los indicadores financieros le permiten conocer la rentabilidad, el margen de beneficio, el punto de equilibrio, los costos unitarios, el valor de las acciones, la liquidez, la rotación de inventarios, el flujo de caja, las cuentas por cobrar y por pagar, la capacidad de endeudamiento, el periodo de recuperación, el costo financiero, la tasa interna de retorno, el rendimiento por inversión, etc.
De igual modo, podemos medir la satisfacción del cliente en cuanto a gustos, preferencias y necesidades, tipos de productos, segmentación del mercado, tiempo de espera, variedad de productos, capacidad de respuesta y atención profesional por parte de los colaboradores, calidad del servicio, número de reclamaciones, rentabilidad por cliente, quejas, número de llamadas, repetición de compras, fidelización de clientes, etc.
Los procesos internos son muy importantes medirlos, cada día los clientes son más exigentes. Productividad por departamentos, calidad, tiempo por operaciones, estandarización de productos y servicios, etc.
El KPI nos ayuda a entender los puntos fuertes y débiles de la empresa para tomar decisiones y reconocer en que se está fallando.
El autor es presidente de la firma de consultoría: REPSAP INTERNANATIONAL, SRL empresa de consultoría, asesoría y capacitación empresarial. 809-583-7254, www.repsapinternatinal.com, repsapinternational@gmail.com