El empuje de sus dos defensas centrales catapultó ayer viernes a Brasil a las semifinales de la Copa del Mundo. Con un tempranero gol de su capitán Thiago Silva y un fulminante tiro libre de David Luiz, los anfitriones derrotaron 2-1 a Colombia, que sufrió con el pánico escénico de una instancia inédita y se despide de su mejor Mundial.
Colombia descontó con un penal de James Rodríguez a los 79 para su sexto gol del torneo.
Los dirigidos por Luiz Felipe Scolari se enfrentarán en semifinales a Alemania, que más temprano superó 1-0 a Francia. Ese duelo de dos selecciones que entre sí acumulan ocho títulos mundiales será el martes en Belo Horizonte.
El equipo de José Pekerman se vio extraviado por pasajes en la cancha del estadio Castelao de Fortaleza y no consiguió refrendar el paso perfecto que llevaba, pero se las arregló para asustar a los brasileños en los minutos finales. La postal final fue David Luiz, declarado el mejor jugador del partido, dando ánimo a James, que lloraba desconsolado.
“Estamos tristes, pero también tenemos que sentirnos orgullosos porque dejamos la piel, dejamos todo para poder seguir”, expresó un lloroso James, el sensacional enlace del Mónaco que saltó a la fama en Brasil. “Los hombres también lloran, y más cuando sentís esto como un hijoemadre”.
Neymar, el corazón del ataque brasileño, fue sacado en camilla en los minutos finales tras recibir un fuerte rodillazo en la espalda baja de parte de Camilo Zúñiga. Además, Thiago Silva fue amonestado y se perderá el partido contra Alemania.
De entrada, Brasil comenzó presionando decididamente la salida de Colombia. El volante de recuperación Carlos Sánchez le hizo una peligrosa falta a Fred en los primeros minutos, pero el tiro libre de Neymar se fue desviado.
Fue el aviso del gol de Brasil, que no tardó en llegar. A los seis minutos un tiro de esquina cruzó el área colombiana sin que nadie tocara el balón hasta que Silva lo empujó sólo en el segundo palo, ante un descuido en marca de Sánchez.
Los colombianos nunca habían estado por debajo en el marcador durante el Mundial. “Estos partidos son decisivos y donde siempre algún error te puede eliminar más allá de las contingencias del juego”, comentó Pekerman. “Los dos equipos tenían armas como para poder ganar el partido, Brasil acertó en dos bolas paradas, eso no nos había sucedido en otros juegos y fue muy importante para tranquilizar a Brasil, y a nosotros con el ímpetu y con el deseo no nos alcanzó”.
No fue el duelo de fútbol alegre que prometía el cartel. Amparados por la permisividad del árbitro español Carlos Velasco, los anfitriones apelaron al juego ríspido para frenar a James, el conductor de Colombia.
Fernandinho le hizo una fuerte falta al enlace del Mónaco en el centro del campo a los 13 que estableció la tónica del resto del encuentro.
“Son dos equipos que pueden desarrollar un fútbol muy bueno, pero el equilibrio a veces produce algo así, que haya faltas y que esos buenos jugadores no puedan tener la continuidad”, analizó Pekerman.