El Observatorio Nacional para la Protección del Consumidor, sugirió la indexación de los salarios conforme a los niveles de inflación, como única forma de garantizar el derecho de los consumidores a satisfacer sus necesidades básicas.
La entidad de defensa de los consumidores reveló que los precios de los alimentos han subido significativamente desde febrero de 2023, cuando se aplicó un ajuste con un ligero incremento en los salarios, pero que ya ha sido absorbido por la inflación.
“En febrero de 2023, un botellón de agua costaba 50 pesos, mientras que actualmente cuesta 100 pesos. Una libra de pollo, que antes costaba entre 75 y 80 pesos, ahora tiene un precio que varía entre 96 y 100 pesos. Lo mismo ocurre con otros productos de alto consumo como el azúcar, el arroz, la leche, las habichuelas, los plátanos (que han vuelto a subir), los cereales, las pastas alimenticias, las frutas, los vegetales, y prácticamente todos los artículos esenciales de la dieta dominicana”, precisa.
Denuncia que a estas alzas en los alimentos se suman otros incrementos, como los servicios públicos domiciliarios, destacándose el caso de la tarifa eléctrica, que ha aumentado en medio de recurrentes apagones y por igual los precios de los alquileres, los medicamentos y otros gastos básicos, lo que convierte la vida de los consumidores en un verdadero calvario que debe ser compensado con ajustes salariales acordes a los niveles de precios.
ONPECO considera que debe haber una coordinación entre los ministerios de Trabajo, Economía, Planificación y Desarrollo y de Agricultura, para realizar un levantamiento de información que permita abordar la situación crítica que enfrentan los consumidores dominicanos.
Cita además que los productos importados también reflejan incrementos, lo cual se atribuye a la variación de la tasa de cambio.
“Esta fluctuación se percibe claramente al comparar el poder adquisitivo del peso dominicano con el dólar, que es la moneda de referencia”.
Manifiesta que la mayoría de los precios están dolarizados, mientras que los salarios continúan en pesos, lo que genera un desequilibrio insostenible para las familias, especialmente para los asalariados y pensionados del país.
ONPECO también resaltó que se ha descuidado la producción nacional de productos como los guandules, que ahora escasean y cuando se encuentran, tienen precios prohibitivos, al igual que otros productos, situación se agrava por el hecho de que muchas tierras productivas han sido destinadas a la construcción de viviendas.
El organismo de defensa al consumidor recordó que el principal derecho del consumidor es la satisfacción de sus necesidades básicas, derecho que está siendo amenazado por la disparidad entre el poder adquisitivo de la población, particularmente aquellos con ingresos fijos, como los asalariados y pensionados.