En los últimos años el aumento del precio de la canasta familiar en el pueblo dominicano, ha “secuestrado” el salario que reciben los servidores judiciales, como jueces y fiscales.
La celebración del Día del Poder Judicial sirvió para desnudar la precaria situación económica por la que atraviesan los citados servidores, tan así, que el obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, sin pelos en la legua, afirmó que una justicia mal pagada es una justicia frágil.
El obispo, monseñor Alfredo De la Cruz Baldera, fue más allá, destacando que una nación que no respeta ni valora a sus guardianes de la Ley, socava su propio futuro.
Si la nación dominicana está en esas tan peligrosas condiciones, cada ciudadano del país debe asumir el reclamo de la autoridad religiosa para que en este nuevo año, los jueces, fiscales y demás servidores judiciales logren mejores condiciones de vida.
El “dividido” liderazgo del Colegio de Abogados, está en la obligación de asumir la postura del obispo francomacorisano y otras personalidades, para los que administran y aplican justicia tengan mejores condiciones de vida y sean garantes de emitir sentencias justas y transparentes, de manera especial, contra quienes “rompen” la paz pública y violentan nuestras leyes.