Terminamos la semana laboral con la elección del nuevo Papa, Robert Francis Prevost, quien estuvo en el país del 2000 hasta el 2004, sirviendo como Nuncio Apostólico y en cuya estadía disfruto a diario en su alimentación del plátano y el llamado huevo pasado por agua.
Al parecer su elección ayer, deja un dulce sabor entre quienes conforman la Iglesia Católica en el planeta tierra y sus adversarios, razón de que en su primer discurso habló de paz y aparentemente sin miedo, afirmó que el mal no prevalecerá.
Tal y como si estuviera trillando los caminos esperanzadores y de compromisos por la paz y la unidad, que trilló el Papa Francisco, habló de una Iglesia que camina, que busca la paz, la caridad y que busca siempre estar cerca de los que sufren.
Robert Francis Prevost, quien en lo adelante será llamado Papa León X1V, cargará a su espalda ese y otros retos dejados en la mesa por el Papa Francisco, culminación de la guerra entre Israel y el Pueblo Palestino, separación de la Iglesia a los religiosos acusados de violar menores de edad y profundizar la discusión de eliminar el alegado “inhumano” Celibato.
En relación a otros papás en la historia de la Iglesia Católica, el Papa León X1V, es joven y si cuenta con salud y solidaridad de la feligresía mundial, podría superar cada apertura del fenecido Papa Francisco y de otros sumos pontífices que hablaron de una paz desarmada y desarmante.
