El FC Barcelona se ha proclamado este jueves campeón de LaLiga 24/25 tras ganar al Espanyol en el RCDE Stadium, como ya lo hiciera en su anterior título hace dos temporadas. El equipo culé certifica así de manera matemática un título que había dejado sentenciado hace unos días tras la victoria en el Clásico por 4-3.
Cierra el Barcelona una espectacular temporada con tres títulos en el debut de Hansi Flick en el banquillo. Los blaugranas ganaron la Supercopa de España en enero con una gran goleada al Real Madrid en la final; la Copa del Rey con una ajustada victoria en la prórroga ante el eterno rival; y ahora LaLiga con dos jornadas de ventaja tras haberse impuesto en los dos Clásicos.
El derbi ante el Espanyol estuvo bastante igualado durante los primeros 45 minutos, en los que las ocasiones más claras las tuvo el conjunto perico, pero se abrió en el primer tramo de la segunda mitad con un golazo marca de la casa de Lamine Yamal. La joven perla de la cantera culé se ha erigido este curso como la gran estrella del equipo y suma ocho goles y 15 asistencias en Liga.
En el tiempo de descuento, Fermín cerró el marcador con un buen disparo desde la frontal tras una buena asistencia de Lamine Yamal.
También han destacado jugadores como Lewandowski, inmerso aún en la lucha por el pichichi con Mbappé; Raphinha, que con 18 goles y 11 asistencias es el futbolista del Barça que más goles ha generado; Pedri, director de orquesta durante todo el torneo; o la pareja de centrales formada por Iñigo Martínez y Pau Cubarsí.
El Barça logra su vigesimoctavo título liguero y se erige como el gran campeón de lo que va de siglo en España, con 12 de los últimos 26 títulos. Flick se convierte, además, en el séptimo entrenador en ganar LaLiga con el Barça en este siglo tras Frank Rijkaard, Pep Guardiola, Tito Vilanova, Luis Enrique, Ernesto Valverde y Xavi Hernández.
El Espanyol ha activado los aspersores del césped del RCDE Stadium para evitar que los jugadores del Barcelona celebraran sobre el terreno de juego la consecución del título. En esta ocasión, no se registraron incidentes porque los futbolistas del Barça celebraron el título brevemente mientras les mojaban los aspersores antes de enfilar el túnel de vestuarios para seguir la celebración, ya dentro de las tripas del estadio, en mayor intimidad.