Cómo es que se llevan tan bien
Una pareja de viejitos fueron a un restaurant a cenar y el viejo le hablaba con muchas atenciones.
-Ven Cariño a cenar, que quieres pedir mi Angel, qué deseas mi amor,
-Mi amor primero voy al baño.
El mesero se acerca al viejito y le pregunta:
-Señor y cómo es que con tantos años de casados usted conserva ese amor y se lleva tan bien con su esposa.
-No mi hijo, es que en realidad, no me acuerdo de su nombre.
Los diez mandamientos de los vagos:
- Si ves a alguien descansar, ayúdalo,
- Cuando sientas el deseo de trabajar, siéntate y espera que se te pase,
- Si el trabajo es salud, que trabajen los enfermos,
- Trabaja lo menos que puedas, lo que tengas que hacer, que lo haga otro,
- No hagas hoy lo que puedas hacer mañana,
- El trabajo es sagrado, no lo toques,
- Se nace cansado y se vive cansado,
- Descansa de día para que puedas dormir de noche,
- Calma, nunca nadie murió por descansar y
- Ama a tu cama como a ti mismo.
Tengan cuidado con los médicos
– Doctor ¿qué puedo hacer para que durante las vacaciones mi mujer no quede embarazada?
– Llevársela con usted.
– Fui al médico y me ha quitado el whisky, el tabaco y las drogas.
– Pero, ¿vienes del médico o de la aduana?
El post operado al cirujano:
– Doctor, entiendo que se vista de blanco, pero ¿por qué tanta luz?
– Hijo mío, soy San Pedro…
Doctor ¿qué tengo?
– No se preocupe más mi amigo: cualquier duda la aclararemos en la autopsia.
– No sé qué me pasa, me toco la cabeza y me duele, me toco la nariz y me duele, el pie y me duele;
¿qué tengo Doctor?
– El dedo fracturado.
– ¿Así que tu abuelo murió en la consulta del médico?
¿Y el médico qué le dijo antes de morir?
– Le dijo:
– Cuente conmigo, señor: cinco, cuatro, tres, dos, uno, cero…»
Cuando lo encuentre
Con la nueva tecnología aplicada para la fertilidad, una mujer de 65 años dio a luz a un bebé.
Cuando salió del hospital y fue a su casa, llegaron sus familiares a visitarla.
«¿Podemos ver al bebé?»- preguntó uno de ellos.
«Todavía no», dijo la flamante madre de 65 años, «pronto».
Pasó media hora y otro de los familiares preguntó,
«¿Ya podemos conocer al nuevo bebé?» –
«Todavía no», dijo la madre.
Pasó otro rato y volvieron a preguntarle impacientes a la madre:
«Bueno, bueno, ¿cuándo vamos a ver al bebé?»
«Cuando llore», fue la respuesta.
«¿Cuándo llore?»-, reclamaron, –
«¿Por qué tenemos que esperar hasta que llore?»-
«Porque no me acuerdo dónde lo puse»