Mayo es el mes de la primavera en que los jardines producen las flores m ás bellas, es por esto que los jóvenes Luis Gómez y Consuelo Taveras deciden unir sus vidas bajo el vínculo sagrado del matrimonio el día 5 de dicho mes del año de 1962 en la Parroquia Santa Ana, hoy Catedral de la Diócesis de San Francisco de Macorís, República Dominicana.
Como testigos de la bendición de su amor los acompañaron como padrinos los señores Aris Bastardo y Consuelo Vargas, la bendición nupcial la administró el Reverendo Padre Santiago Coste.
Obedientes al mandato del Padre «Crezcan y multiplíquense» de esta unión de amor nacieron 8 hijos, 4 varones y 4 hembras: José Luis, Rubén Darío, Paula María, Delcio, Nurys María, Luis Esteban, Luisa María y Jenny Consuelo, de estos a su vez han nacido 19 nietos y 7 biznietos.
Luis y Consuelo se han dedicado al comercio detallista por más de 40 años.
Como hijos de Dios han mantenido la fe en un solo Señor, conduciendo a sus hijos a ser profesionales y hombres y mujeres de bien.
Doña Consuelo «La Querida», como se le conoce en la comunidad parroquial de María Madre de la Iglesia, donde realiza un trabajo apostólico insuperable desde la catequesis tanto de niños como de adultos, ministra de la comunión, cursillista de cristiandad y propagandista de la Revista Amigo del Hogar desde el año 1987. Mujer de una fe tan arraigada y resistente, que la ha hecho, en buen dominicano, madrina de media parroquia.
Don Luis por su parte un hombre de pocas palabras, pero que ha conducido a su familia por el camino recto y el trabajo honesto, sencillo y servicial. Un hombre respetado y querido.
Son ellos testimonio de perseverancia de amor y fe. La vida matrimonial, la han basado en el diálogo, la comprensión y el respeto mútuo, la oración constante y un apego a Dios como el Hacedor de todo y todos.
Agradecer a Dios y a la Virgen Santísima por conservarlos unidos y darles las fuerzas física y espiritual para conducir la familia que Él les regaló por el camino del bien y la verdad.