Raymundo Santana es lo que se llama un trabajador con astucia desde niño.
Un emprendedor con gran habilidad para saber orientar y proteger su inversión tal como él mismo relata: «Cuando ya tenía cuatro bicicletas para alquilar yo compré la quinta bicicleta de carrera para caerle atrás y poder alcanzar a los que se me fugaban».
Como puede apreciar, amigo lector, este joven empresario Raymundo Santana, desde pequeño demostró visión y coraje para los negocios.
Esa entrega al trabajo convirtió a Raymundo en el empresario que es hoy día: Dueño de la planta procesadora Agua Randy la cual lleva el nombre de su hijo mayor.
Valorando su dedicación y éxitos en sus iniciativas de trabajo la noche del sábado 28 de febrero, en el club El Mayorista, Raymundo recibió el Premio al Esfuerzo Emprendedor que le otorgaron el centro de Capacitación y Asesoría Técnica del Nordeste (Catenor), la Unión de Micro, Pequeños y Medianos Empresarios y Productores de la provincia Duarte (Umipymepd) y la Unión de Comerciantes y Empresarios del Nordeste (Ucenor).
Para tener una idea de la habilidad de este exitoso emprendedor que es Raymundo Santana, hay que conocer su trayectoria como él mismo la narra: «yo empecé limpiando zapatos en mi casa en el barrio Madrigal. Las personas me llevaban los zapatos para que se los limpiara». Agrega que «recuerdo que todavía yo estaba pequeño cuando con un primo mío me puse a vender chuchería en una cajita colmado por colmado.
Así junté un dinerito y compré una bicicleta que alquilaba a los muchachos a 10 y 15 centavos.
Después tuve cinco bicicletas; cuatro de alquiler y una personal de carrera para caerle atrás al que se me fugara». En el recuento de su trayectoria Raymundo dice que «después yo vendía dulces en los colmados llevándolos en la bicicleta, luego compré un motor y le puse una caja para aumentar la cantidad de mercancía; al paso del tiempo compré una guagua en la que agregué la venta de esquimalitos, después instalé en la casa mi propia fábrica de esquimalitos que se llamaban «Esquimalitos de Caché» y salía a venderlos a Jarabacoa».
Raymundo relata que «después fundé la empresa Agua Flor De Liz y los esquimalitos pasaron a llamarse así y jugos Flor De Liz. Luego yo vendí esa empresa y me dediqué a otro proyecto que es el servicio de agua de cisterna y más adelante fundé lo que hoy es la planta procesadora de Agua Randy, cuyo nombre es en honor a mi hijo mayor».