Agradecido de Dios, de su pueblo, presto a seguir sirviendo sin esperar nada a cambio, que no sea, más que la gloria de Dios, el Reverendo Padre Andrés Napoleón Romero Cárdenas, nuevo obispo de Barahona, expresa su satisfacción, por tan alta distinción, la que expresa “nunca, nunca pasó por mi cabeza”.
Con la humildad y sencillez que le ha caracterizado, el recién designado obispo de Barahona, actual párroco de la catedral Santa Ana, en esta diócesis, explica que cuando recibió la información quedó absorto, pues pese haberle jurado obediencia a Dios y a su Iglesia, jamás pudo concebir que el Señor le reservaba compromisos tan fuertes, a los que con la oración de todos sus hermanos, y la ayuda de Dios asumirá como nuevo obispo de Barahona, a partir del 25 de abril, fecha anunciada para su ordenación Episcopal.
En medio de los aprestos a su ordenación como obispo, el Reverendo Padre Andrés Napoleón Cárdenas expresa sentirse un hombre realizado, “Dios nunca me has desamparado, siempre encuentro motivos para perseverar en la fidelidad a mi sacerdocio y a mi iglesia, Dios dirige mis pasos, por lo que renuevo cada día mi entrega al servicio de los mas pobres, de los más desamparados, siento satisfacción al servir como puente a tantas personas que buscan encontrarse con Dios y ven en mi condición sacerdote un mediador”.
BARAHONA UNA DIOCESIS MUY ACOGEDOARA
El nuevo obispo de Barahona, dijo experimentar gran alegría, pues en la recién visita a allí pudo constatar la acogida de su obispo, sacerdotes, diáconos, hermanas y hermanos religiosos, la feligresía y los equipos de trabajo conformado por los agentes pastorales.
“El pasado 26 de febrero estuve conociendo esta diócesis, y además de los grandes retos y desafíos que me esperan, sentí una inmensa alegría al ver la entrega y disponibilidad, pero sobre todo la sencillez y acogida del obispo, Mons. Felipe Núñez, de mis hermanos sacerdotes, diáconos, animadores de asamblea, de la gran feligresía católica del dinamismo y la capacidad de trabajo de los agentes pastorales, de los Movimientos y grupos apostólicos existentes allí.”
“Me apresto a iniciar mi labor episcopal, colocando en primer lugar a Dios, como padre guía, a Jesús, el Gran Pastor, ilumina do por el Espíritu Santo, quien me dará la fuerza, la luz y la energía suficiente para juntos a mis hermanos darle continuidad a la bella obra que han desarrollado Monseñor Fabio mamerto Rivas, su primer obispo y Monseñor Felipe Núñez. Voy a continuar el camino que ellos han marcado e iniciaron su trayecto, resaltando siempre la figura principal, Jesucristo”.
Napoleón Cárdenas insiste en dar prioridad al lema escogido, para su episcopado: “En nombre de Cristo”. Señala que va como simple instrumento, hacer la voluntad de
Jesús, a servir como pastor de esa diócesis de Barahona como instrumento del Señor, para eso ha sido elegido y enviado, para caminar junto a tantos hermanos y hermanas que han puesto su esperanza en el Señor.
Aunque señala que deja en esta diócesis de San Francisco a su familia, mi obispo, mis hermanos sacerdotes, diáconos, a tanto servidores y servidoras con los que he caminado, con los que he crecido, a quienes he animado, pero de quienes he aprendido y tantas cosas mas que me unen, pero también me llevo el aprendizaje de tantas gentes: de mi obispo Emérito, Monseñor Moya, de mi actuar pastor Fausto Ramón, el y cariño y el afecto de tantos y tantas hermanas, que ha sido en mi diario vivir como sacerdote una gran escuela de servicio, de enseñanza.
Al finalizar, el nuevo obispo pidió disculpa por aquellas expectativas que no pudo llenar a su obispo, a sus hermanos sacerdotes a la gente, piensa que pudo dar más y no lo logró. Así mismo agradeció las oportunidades que pudo realizar como sacerdote, atribuyéndola como apenas una mínima parte, sirviendo como párroco en las parroquias: San Pedro Apóstol, Espíritu Santo y Catedral Santa Ana.