El Rector de la Universidad Católica Nordestana (UCNE), mostró preocupación por la situación que atraviesa la justicia dominicana y la no independencia de los poderes públicos, exponiendo que el pasado viernes debió ser considerado casi un día de luto nacional.
Monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo, consideró que todo esto se manifiesta porque existe un divorcio entre la justicia y la paz.
Dijo que hay muchos signos maravillosisimos en la sociedad dominicana, pero hay también momentos y situaciones muy dolorosas, donde la justicia y la paz no se besan en la violencia institucional, que se pone de manifiesto en la debilidad de la justicia dominicana en todas las esferas básicas, como son en la salud y la vivienda y la falta de oportunidades, de trabajo, la seguridad personal, la injusta distribución de los bienes y la precariedad de los servicios públicos.
“Eso es exactamente el contenido del documento “La justicia y la paz se besan”, del 27 de Febrero de lo obispos dominicanos, donde hacen una hermosa radiografía de la situación nacional”, señaló.
El Rector de la UCNE emitió las consideraciones al pronunciar el discurso central de la Sexagésima Séptima Graduación Ordinaria, donde 265 nuevos profesionales recibieron sus títulos en diversas áreas del saber, en una ceremonia celebrada en los salones del polideportivo de la institución, en el campus universitario, comunidad de los Arroyos
Dijo que además se percibe en la deficiencia del sistema eléctrico, en la corrupción pública y privada, en el creciente endeudamiento, en la no independencia de los poderes públicos, el auge el narcotráfico y el consumo de las drogas, en el aumento de los juegos y el exceso de las bebidas alcohólicas, en la ruptura de la vida familiar, el clientelismo político y en la creciente pobreza donde la mayoría carece de lo elemental.
Monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo, dirigiéndose a los nuevos profesionales planteó que “esas son situaciones para que ustedes se pongan de pie y con disponibilidad para ir sustituyendo la cultura de la muerte por la cultura de la vida; la cultura de las trampas y mañosería, por la cultura del trabajo, de la honradez y del respeto a los bienes ajenos”.
“Sepan que hoy se gradúan de profesionales, pero el título no les gradúa de la vivencia de los valores fundamentales, que es lo que más necesitamos en la vida; cultiven por tanto los valores éticos y morales y por supuesto los valores humanos, tales como la amistad, el trabajo, el respetos, la responsabilidad y la sencillez”, indicó.
Llamó a los nuevos profesionales a alejarse de los encantadores de serpientes y de los vendedores de ilusiones, que piensan que la felicidad y la realización del ser humano están en obtener dinero fácil, amor sin propósito y triunfo sin sacrificio, manteniéndose siempre en la trinchera del honor, convencidos de lo que decía José Marti, que “a un general no se le mide por las victorias ganadas, sino por las estrellas que lleva en la frente”.
Dijo que tal vez hoy como ayer “necesitemos algunos Montesinos y esos pueden ser ustedes que inspiren a los nuevos Duarte, que se atrevan a decir otra vez libertad, independencia y soberanía nacional; que pongan inspiración a nuevos Pedro Mir para que nos digan de nuevo que “hay un país en el mundo en el mismo trayecto del sol, oriundo de la noche y del alcohol..”; que dé coraje y valentía a nuevos Luperòn, para que empuñen la espada de la dignidad y del decoro y así frenen y paren en seco a los traficantes y consumidores de drogas que llevan a tantos jóvenes a las cárceles y a las tumbas”.
“Montesinos que llenen de nobles ideales a una nueva generación de jóvenes que se atrevan a cantar con la raza inmoral “dulce y decoro es morir por la Patria, todo esto bajo la guía del Maestro de Nazaret que nos dice que hay mas alegría en dar que en recibir”.
Monseñor Vallejo Mejia consideró además que se hace urgente y necesario contar en cada pueblo y comunidad con hombres y mujeres que sean artífices de su propio destino, que ejerzan un liderazgo comunitario y participativo, que asuman la rienda y el destino de su sociedad; que paren en seco esa partidocracia tramposa y corrupta; que ayuden a los partidos políticos a someterse al imperio de la ley, de la constitución y de la democracia.
Entiende que de ese modo se devolvería a la política su esencia que es servir al bien común o bien de todos y contribuiría a que se erradique así ese vergonzoso clientelismo y ese individualismo feroz que se apropia de un modo desconsiderado del patrimonio que corresponde al bien público.
El Rector universitario citó a Georges Pompidou, cuyo ultimo testimonio de vida recomendaba en su libro “El Nudo Godiano”, el llamado a los ciudadanos diciéndoles “Se necesitan instituciones que aseguren en todas las etapas de la vida, en todos los escalones de la sociedad, en todos los marcos en que se inserta la vida individual, familia, profesión, provincia, patria, el máximo de agilidad y libertad con el fin de limitar los poderes del Estado; de no dejarle sino lo que es de su propia responsabilidad y que los ciudadanos gestionen sus propios asuntos de su vida personal, social y comunitaria”.