Robinson Canó, estelar intermedista dominicano, igual que el año pasado ha iniciado con números por debajo de los de su estirpe y el fabuloso contrato de 240 millones que le otorgaron los Marineros.
El petromacorisano, que trabajó durísimo con un entrenador de fútbol americano junto a Nelson Cruz en enero, en plena Serie Final del Béisbol Invernal donde accionó en par de juegos, ha sido todo lo contrario de Cruz, quien se ha adaptado a su nuevo estadio, el Safeco Field, con unas estadísticas impresionantes, muy por encima de Canó; el jardinero fue contratado para proteger a Robinson en la alineación y de esa manera el intermedista consiguiera mejores Pitcheos y alcanzar mejores números.
Canó apenas batea .268-1-11, .311 OBP, .370 SLG y .680 OPS, además de 11 dobles; su único jonrón se produjo tan distante como el 14 de abril, hace ya un mes; en abril bateó .253-1-6 remolcadas, en la mitad del mes de mayo ha remolcado 5, subiendo su promedio a .298.
El pasado año para esta fecha el hijo de Josè Canó presentó un registro bastante por debajo y parecido al 2015, para el 16 de mayo del 2014 apenas había conectado 1 cuadrangular, con 22 impulsadas, su único tetrabase lo conectó el 17 de abril, prácticamente coincidiendo en fechas y estadísticas, con la diferencia de tener el doble de remolcadas la temporada pasada.
No obstante la pobre arrancada, Canó terminó con unos registros decentes, independientemente de su contrato, pues era su primer año con los Marineros, estuvieron batallando todo el año por alcanzar su primera postemporada desde el 2001, finalizando el 2014 con unos registros considerables (.314-14-82).
Si nos vamos al pasado, durante sus últimos cinco años con los Mulos del Bronx, el camarero criollo conectó al menos 25 cuadrangulares y de 85 remolcadas cada temporada, con tres campañas de más de 100 impulsadas, en ninguna de esas cinco estaciones bateó menos de .300 y disparó sobre los 40 dobles en todas, números realmente impresionantes para un intermedista que jugó en el conjunto con más prosapia del béisbol, donde los medios y los fanáticos le ponen una alta dosis de presión a sus jugadores, mayor que en cualquier otra parte del mundo.
A Robinson Canó, que cumplirá 33 años al término de la temporada, por su físico, salud (promedia 160 juegos los últimos 8 años), le quedan posiblemente cinco buenos años como jugador activo, no va a alcanzar los números que promedió en New York, debido a las dimensiones del Safeco Field y por el hecho de que a su edad el poder comienza la etapa descendente en la mayoría de jugadores.
Seattle ha conseguido en Robinson Canó un pelotero franquicia, el jugador con más estampa desde Ken Griffey, quizás este mismo año el conjunto pueda escalar los play off, pero en sentido cualitativo, no ha llenado las expectativas para ser un hombre de 240 millones de dólares.