Existen muchas maneras de como definir el AMOR según las diferentes ideologías y puntos de vistas, pues es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres. Es la razón fundamental por la que estamos vivos.
Se define como afecto intenso o profundo hacia una persona. También puede ser un sentimiento relacionado con apego y afecto apasionado hacia el sexo opuesto, que puede convertirse en incentivo emocional para la unión matrimonial. Otros lo consideran una virtud que abarca desde deseo pasional hasta el amor romántico.
Es importante que se destaque que el amor solo será conocido por las acciones que suele provocar en quien lo siente o experimenta. Es un ejercicio de voluntad del que está compuesto naturalmente el ser humano como verdadero motivo para vivir y expresarlo a otros. Las emociones asociadas con el amor son poderosas e irresistibles siendo un facilitador de las relaciones interpersonales, por eso es uno de los temas más usado en las artes creativas como: música, cine, literatura Etc.
Los diversos usos significativos, y la complejidad de sentimientos que abarca el amor lo hacen difícil de definir; sin embargo es el sentimiento más importante de los seres humanos.
Es comprender, servir, dar, compartir, querer, respetar y convivir. El mejor y más grande amor, es el amor de Dios pues cuando tenemos el conocimiento y la comprensión del amor de Dios en nosotros, nuestro ambiente cambia, lo vemos con ojos espirituales, no hay desorden, sino armonía y paz. El amor de Dios no nos abandona nunca.
Para quien exige pruebas de amor, mostraremos algunas de las mismas: El amor de Dios al crearnos y luego de la falla cometida por la primera pareja humana, vuelve a manifestarlo al enviar a su hijo y entregarlo para el rescate de la humanidad, y por supuesto al crear al hombre a su imagen, dándole la potestad para dirigir los asuntos en toda la tierra, pero sin olvidarse de él. Por ese mismo amor, nos ha dotado de la capacidad de disfrutar del comer, distinguir la vasta variedad de colores, el aire que respiramos, la belleza incomparable de la gran cantidad de animales que pueblan el planeta. El amor de Dios trasciende nuestra limitada capacidad de comprensión y aun así gozamos de los incontables deleites de la vida.
El amor es bondadoso, porque quien lo vive de esa manera no trata con brusquedad o aspereza ni reacciona desfavorablemente sin importar la naturaleza de la provocación.
El amor no envidia, no es celoso, ni persigue las cosas buenas que otros tienen, mas se regocija al ver el crecimiento de otros, tanto en puestos o cargos de seria responsabilidad como con cualquier otra especie de logro que suene a éxito. El amor jamás se resiente, antes bien es generoso.
El amor se cultiva especialmente quien trabaja para elevar su nivel de conciencia, comprende que el amor no se vanagloria, pues no busca los aplausos ni la admiración ficticia de otros. La persona que siente amor no hace nada para rebajar a los demás con el fin de aparentar ser más importante y poderoso.
Quien siente amor no es mal educado, debido que sabe a ciencia cierta que el amor no se porta con indecencia, ni comete abusos deshonestos, pero mucho menos exhibe conducta que desenlace en obscenidad, rudeza, vulgaridad, insolencia, descortesía, o groserías hacia otros; o sea no hace nada para perturbar la paz de ninguna persona.
El amor mueve a las personas que viven conforme a esa regla a no hacer nada movido por un interés mezquino o buscando su propia ventaja para que sea realmente eficaz.
Una persona amorosa no se excusa buscando ocasiones para sentirse provocada y desencadenar en estallidos de cólera sin justificación y aunque esta pueda existir, la persona amorosa no se ofende con facilidad por los que otros puedan hacer o decir. Las personas así no registran cómputos de las ofensas para llevar un libro de cuentas y luego reclamar o dirimir a menos que no sea para enseñar a amar, pero en un tiempo verdaderamente conveniente.
El amor está de parte siempre de lo que es correcto y no con las injusticias, o sea no se complace en el error, engaño o algo impropio.
Cuando se ama de verdad no se procura con ligereza poner al descubierto las faltas de quien ha causado la ofensa a fin de obtener beneficios o ganancia de causa, antes bien procurara perdonar la ofensa y subsanar los entuertos.
Después de todas estas acciones descritas basadas en amor, debemos preguntarnos: ¿Qué tanto me esfuerzo diariamente por cultivar y expresar el amor en mi entorno?, ¿debo ser parcial al mostrar amor?, ¿muestro amor en el trabajo, a los hijos, a los amigos, a la familia, a la sociedad, a la naturaleza?
Nunca dejemos que la vanidad, el orgullo, la soberbia, la arrogancia y otros vicios de la personalidad nos impidan demostrar nuestro agradecimiento al creador y a cualquiera a quien se les deba, mediante amarles a pesar de sus defectos, antes bien concentremos en la buenas cualidades y esforcémonos al máximo por imitar a Dios quien tomo la iniciativa en mostrarnos su amor. De esa forma demostraremos que amamos realmente a Dios a quien no hemos visto, entonces sí y solo si amaremos al prójimo a quien tenemos en todo nuestro entorno y haremos todo a nuestro alcance por demostrárselo. Finalmente nunca olvidemos que la medida del amor es amar sin medidas.
Dios te bendice
Belgica Abreu es ingeniera civil y tiene experiencia en curso para elevar la conciencia del ser humano.