El Consejo Regional de Desarrollo (CRD) instó al gobierno central y a la clase política, relanzar al país hacia el real y eficaz desarrollo, teniendo por soportes las grandes potencialidades productivas y económicas, así como los incuantificables recursos naturales y mineros que son detentadoras las provincias de la Región Nordeste y el Cibao Central.
La entidad quien tiene entre sus ejecutivos a Ysócrates Andrés Peña Reyes, Héctor Rizek LLabaly, Abraham Abukarma y Monseñor Jesús María de Jesús Moya, indica que el liderazgo de nuestra nación, tiene que aprovechar la gran reserva alimenticia y el determinante potencial económico de esta zona, para conducir a nuestra nación a tomar nuevos rumbos hacia el desarrollo y el progreso social.
Expresa, que al efecto se debe tomar una alta conciencia nacional, de la importancia de las provincias de esta zona del país de cara al futuro de la población mundial, sobretodo por los gravísimos problemas alimenticios que atentan en contra de la supervivencia de los habitantes de nuestra nación y del mundo.
El CRD, sugiere como parte de las iniciativas a tomar con dichos propósitos, priorizar en el presupuesto nacional actual y en el del 2013, la inversión de recursos públicos en hacer realmente vivibles los campos del país y las provincias que integran su entorno, dejando atrás la inadecuada política de mera caridad o de simple asistencia que hasta ahora se han implementado en los mismos.
Sostiene, que se impone que las autoridades, nuestros partidos y el sector privado concentren todos sus esfuerzos, a los fines de hacer autosostenibles nuestras áreas rurales, creando e impulsando en las mismas las estructuras que las hagan habitables y que las conduzcan ciertamente por el camino del desarrollo social y tecnológico que se impone en el mundo actual.
Manifiesta, que por lo dañino que ha resultado que la inversión pública haya llegado cuentagotas y con un alto nivel de relegación en las provincias de la zona, para asegurarnos un mejor futuro, urge que en favor de las mismas los recursos que sirvan para transformar sus estructuras productivas y para convertirlas en lugares dignos para los seres humanos que las habitan.
Expone, que como parte esencial de las referidas alternativas, hay que conducir al país por los senderos del desarrollo agroempresarial y agroindustrial, y a la vez, hacer posible con nuestras fuerzas productivas nacionales impulsar la consolidación del ecoturismo y agroturismo.
El CRD concluye indicado, que para lograr a toda plenitud los objetivos propuestos, se hace impostergable propulsar profundos cambios en las estructuras y políticas educativas, y además, impulsar la creación de organismos que sirvan para una efectiva descentralización estatal y que eviten definitivamente que la toma de decisiones se concentre en la capital del país.
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