A todo hombre aconsejo cuando decida casarse que un perro debe buscarse viralata aunque sea viejo y mirarse en el espejo de lo que a mucho le pasa, si el matrimonio fracasa la mujer todo se lleva y al hombre sólo le deja al perro si es viralata.
Se lleva la licuadora, la cama y la nevera y no deja ni siquiera un tieto de mecedora; y si tienen lavadora aunque sea de hojalata, la da por una chilata porque también se la lleva y al hombre sólo le deja al perro si es viralata.
Si anda mal la economía y problema hay de pareja, la mujer siempre se queja y se pierde la armonía; luego viene la porfía y comienza la garata, el hogar se desbarata y se rompe el matrimonio y al hombre manda al demonio con el perro viralata sólo si se va con otro podría darse el contraste que al hombre deje los trastes y el carajito mocoso y sería muy penoso lo que esta idea relata, si ella se desacata o se busca un jovencito, deja al hombre el chamaquito y al perro si es viralata.
Pero si el perro es de raza de chiguagua o peluito se queda el hombre solito fuera o dentro de la casa porque al romperse la taza por más que él le de lata si ella se para en dos patas el peluito se lleva y al hombre solo le deja al perro si es viralata.
Creo que de este relato mucho se puede aprender y nadie se quiere ver en este hablado retrato pero debo ser sensato para no meter la pata porque mujeres hay gratas de condiciones divinas que no llegan ni a la esquina con un perro viralata.