Hace apenas unos días ante miles de aspirantes a ejercer la vida sacerdotal, el Papa Francisco volvió a poner sus dedos en el cáncer de la corrupción, del que padecen tantos gobernantes y reconocidos políticos, cuando afirmó, “Bienaventurado el político que tiene una alta consideración y una profunda conciencia de su papel”, termina la cita.
Quizás haciendo acopio de esa consideración y otras del Santo Padre, el alcalde de Villa Vásquez, señor Domingo de Jesús Rivas, al ser acusado públicamente de malversación de fondos por el regidor, Mariano Marcelino Morel, decidió poner término a su vida, ingiriendo una sustancia tóxica.
Lo que acaba de hacer este dirigente del oficialista Partido de la Liberación Dominicana(PLD), es un acto que tildamos de cobardía, porque debió recurrir ante las autoridades judiciales, para limpiar su gestión administrativa, enlodada por su compañero Marcelino Morel, quien aspira a la alcaldía del citado municipio.
Son tantos los ex alcaldes municipales que fueron acusados y condenados por el Poder Judicial por desfalcar las arcas de sus Ayuntamientos, que de haber tomado una decisión tan trágica como la del señor Domingo de Jesús Rivas, faltarían cementerios para enterarlos.
Paz a los restos del alcalde del municipio de Villa Vásquez.
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