Los aumentos de los precios que han experimentado los productos de la canasta familiar, principalmente los agrícolas en el mercado de San Francisco de Macorís en las últimas semanas, ha provocado alarma, indignación y desesperación entre amas de casa y consumidores en general.
En un recorrido realizado por este reportero, por el mercado municipal, supermercados y los denominados ventorrillos se observó que el costo de los víveres, frutas y vegetales aumentó en más de 40 por ciento, según testimonios de vendedores, mientras otros productos de consumo diario como la carne, pescado, azúcar, arenque, bacalao, aceite, queso leche, entre otros, también han experimentado alza.
Antonio Acosta, vendedor en el Mercado Nuevo, dijo “aquí ha subido todo, los precios están por las nubes, citando la papa se vendía a 30 el kilo, ahora está a 50. La cebolla a 40, ahora está a 90. El ajo estaba a 80 y ahora está a 130.
Explica que muchos pequeños comerciantes del mercado están prácticamente en la quiebra, debido a que por los altos precios se ha reducido la afluencia de los clientes por lo que están vendiendo menos.
También opinó José Mejía, vendedor de vegetales, quien dijo que la libra de tomate, de ají, zanahoria y remolacha se vende entre los 30 pesos y 35 pesos cada una, mientras que la unidad de repollo se vende a 75 y 100 pesos dependiendo del tamaño.
Mientras que Antonio Vásquez, vendedor de víveres, expreso que la libra de ñame se cotiza a 30 pesos la batata y la yuca a 20 pesos, la yautía a 25, la unidad de plátano entre 10 y 15 pesos, 3 unidades de guineo por 10 pesos.
El señor Mario Castillo, vendedor frutas, dijo a que con mucho sacrificio hacen inversiones, pero los productos muchas veces se dañan porque la gente no quiere comprarlos, debido a los altos precios.
Indicó que la unidad de piña se vende, de acuerdo al tamaño, entre 60 y 75 pesos, la docena de chinola a 100 pesos, la libra de lechosa a 15, una docena de limón agrio a 120 pesos, el ciento de naranja a 400 pesos.
Los vendedores temen que sus negocios se vayan a la quiebra, porque lo están invirtiendo no lo están sacando “La gente está al grito, no hay dinero en la calle”.