
El periodista Marino Zapete estuvo en San Francisco de Macorís la noche del viernes 17 de marzo, invitado por la empresa Telenord para disertar con el tema La Ética como Marco Regulador del Ejercicio Profesional.
La fecha coincidió con el 42 aniversario del asesinato del periodista Orlando Martínez, víctima de la intolerancia a las crítica en un régimen político que la historia incluye como parte del período democrático postrujillo.
Pues bien, el periodista Zapete ofreció la definición conceptual entre Moral y la Etica y la conectó a la práctica que se vive en el día a día en el país. Explicó que aunque son conjuntos de normas, la ética proviene del griego ethos que significa costumbre y responde a un imperativo interior, es un estado de conciencia del individuo, mientras que las de la moral se vinculan a la religión e impuestas por la sociedad por el colectivo y se trasmiten de generación.
En los casos del día a día se refirió a las sobrevaluaciones, sobornos y compra de conciencia que constituyen practicas comunes en los ámbitos de profesiones como ingeniería, la abogacía y el periodismo.
Criticó a los periodistas que venden su conciencia al estado, a autoridades municipales para callar lo que tienen que informar a la población o para magnificar determinados asuntos, como hacen las llamadas bocinas al servicio del gobierno.
Zapete, quien se ejercita en el periodismo político contestario y frontal no ocultó la emoción que producía en él preguntas de los asistentes acerca de las dificultades, riesgos y temores que le pudieran generarle su estilo.
«No, no tengo miedo y porque no tengo miedo, no tengo arma de fuego, no tengo escolta; esta noche ando en compañía de mi compadre Julio Sosa Colón. He estado preso, he sido secuestrado, he recibido y recibo amenazas, pero yo hago lo que me toca».
Afirmó que «quienes tienen problemas son los que se meten en la vida privada de otras personas, yo no me meto en la vida privada de nadie; de los asuntos que yo hablo y acuso es porque tengo las pruebas para hacer la acusación; recuerdo que cuando el Presidente Medina y yo nos vimos en la inauguración del edificio de SIN solo atinó a decirme pero Marino llévame más suave; así es que yo no tengo porqué cambiar, yo hago lo que me toca».