El equilibrio y la exactitud de contra canto a gris destierra lo más profundo de Jiménez.
Que explaya en mi opinión lo mejor de su poesía; siendo un maestro de la gramática adrede no usó los signos de puntuación, logrando versos magníficos sin su uso. Cuando uno toma a contra canto lo lee y lo relee porque se apasiona por su forma, por la construcción, la filosofía que emana de ello te posee y como un sueño hignopédico no quiere despertar porque siente que recorre caminos astrales y lugares de ensueños, te encierra en sus palabras como una cárcel de delicia y de plataforma azul, y allí tú sientes la ambrosía del eden.
La búsqueda de la cuántica y la manifesta alusión a lo esotérico bailan con luz sideral en cada estrofa envolviendo todo una vivencia del saber poético en toda la obra, que la convierte en una obra maestra de hay Ku, de los versos cortos pero con un contenido sin medida porque su profundidad rebasa los paradigmas de la creación de cada uno de sus versos, puedo tomar cualquier verso aleatorio y encaja en la muestra que quiero graficar en este contexto;
Mira que se hace abrevadero La cisterna de luz Que hay en el lirio O. El paisaje Es El ojo que te mira
Hay un follaje de versos inmortales en contra canto, es como si Homero todos los poetas del mundo inspiraron a Ramón Jiménez a construir ese texto sin igual.
Te recrea, te encanta, te eleva a las alturas para volar con su magia poética con el arte que te hace inmortal y eterna con las frases que permanecen y hay que “citarlo” con los contenidos de todas las vivencias y con los resultados de muchas vidas recurrentes.
El poeta, escritor, investigador social y catedrático universitario Ramón Antonio Jiménez acaba de publicar su más reciente producción que tituló: Contracanta a Gris, dedicado al también poeta de Santiago Pedro Gris. Sobre este texto poético el poeta francomacorisano Jesús Castillo escribió el siguiente comentario que se transcribimos a continuación: