El Obispo de de la diócesis de San Francisco de Macorís atribuyó el aumento de la delincuencia y la criminalidad al incremento de la pobreza, la desigualdad social, la falta de oportunidad y a la desintegración de las familias.
Monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo, dijo que mientras se profundiza la crisis económica, la falta de oportunidades, específicamente para la juventud, la corrupción, entre otros males que afectan a la sociedad, los hechos delictivos continuarán en ascenso en el país.
Al referirse a la propuesta de varios diputados al jefe de la Policía Nacional, de darle pa´bajo a los delincuentes, expresó que nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona, por lo que se opone rotundamente a la eliminación física de los delincuentes.
Manifestó que todos los seres humanos tienen el derecho a cometer errores en sus vidas y luego rectificar.
Monseñor Mejía Vallejo, calificó de peligrosa la percepción de los legisladores, específicamente de Luisín Jiménez, porque la Policía Nacional no está para ejecutar a nadie, sino para llevar a la cárcel aquellos que delinquen para que la justicia determine su culpabilidad o inocencia.
“Ese método no se debe aplicar en ninguna parte del mundo y mucho menos en nuestro país, debido a que las autoridades son selectivas con los delincuentes, específicamente con los que se roban un racimo de plátano o una gallina, y no se le aplica de la misma manera a los de cuellos blancos”,dijo el prelado católico.
Sobre el 4 por ciento que dedicará el gobierno para la educación a partir del 2013, Mejía Vallejo consideró positivo, aunque aspira a mucho más, por entender que un país sin educación no puede avanzar y desarrollarse.