La victoria ayer de los Criollos de Caguas de Puerto Rico sobre las Águilas Cibaeñas de República Dominicana 9 carreras por 4, significó el sexto año al hilo que el conjunto quisqueyano no logra el título de la Serie del Caribe.
En el primer año de gestión presidencial en LIDOM para Vitelio Mejía se montó un torneo nacional que fue exitoso en lo económico, asistencia de público y seguimiento por los diferentes medios de transmisión, incluyendo las redes sociales, no obstante algunos inconvenientes como lluvias y el incendio en el estadio Quisqueya Juan Marichal. La serie regular, el round robin y la serie final fueron una prueba de fuego que permitieron a Mejía darle un nuevo matiz a una liga que se había quedado atrás en varios aspectos los últimos años. El presidente se juramentó en agosto pasado, desde ahora tendrá el tiempo suficiente para organizar y enderezar algunos entuertos del torneo pasado y armar todo lo concerniente al próximo campeonato 2018-19 que iniciará en un lejano octubre.
La conclusión a la carrera de la serie final, debido a las lluvias, la no integración de algunos estelares de los campeones nacionales Águilas Cibaeñas, la ausencia de los jugadores de los Tigres del Licey en el roster, salvo Bryan Evans, un jugador importado que ha lanzado con los Toros del Este las últimas tres campañas y que fue seleccionado por los Tigres en el sorteo de importados previo al round robin, fueron factores que influyeron para que el gerente general Erick Almonte no lograra el título de la Serie del Caribe para nuestro país.
En sentido general no fue una presentación ignominiosa para los dominicanos como había ocurrido los últimos dos años. Las Águilas (3-3) tuvieron la mejor actuación para equipo criollo en los tres torneos anteriores, sin embargo la meta final no se logró, la obtención del campeonato número 20 para la República Dominicana.
Un partido que inició alrededor de las 10.30 de la noche, hora del país, nos mostró un Raúl Valdés dominante las primeras 6.0 entradas, pero una vez más el relevo no le permitió salir por la puerta ancha y nos quedamos con los moños hechos, los trajes planchados y con las ganas de celebrar por vez primera en seis años.
La sequía de los dominicanos en la Serie del Caribe se remonta a un período de tiempo tan lejano como el año 2012, cuando los Leones del Escogido, en el último año que se determinaba el ganador de la serie por la mayor cantidad de victorias, se alzaron con el triunfo en el Estadio Quisqueya (4-2). Fue el segundo campeonato consecutivo para los escarlatas (2010 y 2012), las últimas dos para el país. En el 2013, los Leones tuvieron el mejor record del circuito (5-2), sin embargo perdieron en la primera final de Serie del Caribe de los Yaquis de Ciudad Obregon, representantes de México.
La maldición siguió con la eliminación de Licey en la semifinal en 2014, luego las dos derrotas de los Gigantes en el 2015, una en eliminatoria y la otra en semifinal. En el 2016 los Leones no consiguieron un solo triunfo, no obstante haber jugado en su casa, el estadio Quisqueya Juan Marichal.
El año pasado nuestro país fue eliminado sin ganar un solo encuentro. Las Águilas triunfaron en el segundo juego de la regular del 2018, terminando en 10 la racha de fracasos seguidos para la República Dominicana. En esos seis años, el Licey (dos Veces), los Leones (dos años), los Gigantes y las Águilas nos han representado, sin poder salir por la puerta ancha.
Nunca antes los dominicanos habían durado más de tres años sin conseguir un título de Serie del Caribe. Esto había ocurrido dos veces (1974, 1975 y 1976) y (1982, 1983 y 1984). A partir de 1985 la República Dominicana ganó 15 de las siguientes 28 series realizadas, un record sencillamente impresionante.
Nuestro país ha sido el ejemplo de victoria, de esplendor en el evento que reúne a los mejores equipos de la cuenca del Caribe y el pacífico mexicano, sin embargo, a pesar de una buena actuación de las Águilas Cibaeñas, nos hemos quedado por sexto año consecutivo con la esperanza de alzar la copa de campeones.