Posiblemente en el mismo momento que Amarante Baret abandonara la carrera por encabezar la boleta presidencial peledeista, igual hizo en esta ciudad el precandidato a diputado, licenciado Juan Comprés.
Ese Carlos Amarante Baret es el mismo que el pasado martes 13 hizo saber al país que desde el Ministerio de Obras Públicas se utilizaba todo el poder de esa dependencia estatal, para amenazar a los alcaldes con no asfaltarles las calles de sus municipios, si expresaban apoyo a otros precandidatos fuera del grupo del presidente Danilo Medina.
En medio de esa realidad que golpea con dureza a los dirigentes peledeistas que no han hecho fila en el danilismo, presagiamos que antes de las primarias que han de realizarse el domingo 6 de octubre, serán numerosos los aspirantes a cargos electivos que han de tirar la toalla.
El uso de los recursos del Estado a favor de determinados candidatos, ha sido una constante desde las elecciones del 16 de mayo de 1970, encontrando cobijo muy deshonroso en quienes han integrado la Junta Central Electoral y el Tribunal Superior Electoral.
Este estado de cosa más temprano que tarde deberá de cambiar, pero para ello se requiere la unidad de todos los sectores progresistas, que a la vista de todos andan en desbandadas y arrodillados ante el oro corruptor.
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