Para el comandante de la Revolución Cubana, doctor Fidel Alejandro Castro Rus, constituyó un pesar la confirmación del asesinato del líder guerrillero Ernesto Rafael Guevara de la Serna, conocido en el mundo como El Che Guevara.
El hecho ocurrió en las frías y lejanas montañas de Bolivia, específicamente en el interior de la escuela de la comunidad La Higuera, ejecución atribuida a Mario Terán Salazar, un ex soldado, por orden expresa de las máximas autoridades de la CÌA.
Al cumplirse hoy 52 años de ese revés a las luchas de emancipación de los pueblos del mundo, que encabezaba el Che, el cobarde Mario Terán no fue el único responsable de su ejecución, pues Gary Prado, capitán de la compañía del Ejército de Bolivia, rodeó al Che y a sus últimos guerrilleros, justificando su acción, de que tenía orden de matar.
A partir de aquel negro 8 de octubre de 1967, la existencia de Mario Terán y Gary Prado Salmón, así como los autores intelectuales de aquella acción criminal, fue todo un infierno, inclusive a lo interno de sus familiares, algunos de los cuales de manera trágica y extraña han resultados muertos.
El amor revolucionario del Che Guevara no tuvo límites y fronteras, por ello tildamos de positivo que la fundación Caamaño, ADP, club Gregorio Luperòn y la UASD, Recinto San Francisco de Macorís, hayan montado hoy una actividad en el liceo de La Joya, para colocar en manos de estudiantes y profesores el heroísmo del líder guerrillero.
A 52 años de la muerte del Che, sus restos al igual que los de Caamaño, son un temor para el Imperialismo Norteamericano y la reacción màs rancia de los pueblos del mundo.
