Presento mi preocupación como profesional de la psicología a raíz de la frecuencia con que ocurren diferentes acontecimientos, que denotan una alteración en salud mental de la población de la República Dominicana (RD) y que asume un rumbo incierto.
Sin embargo, la salud mental es un punto focal para una gran parte del mundo, Partiendo de las estadísticas reportada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual sustenta la cantidad de suicidio a nivel mundial, por grupos de edad, sexo y otros: Durante los años (2007) hasta el (2017) las tasas de suicidio entre jóvenes se han incrementado siendo el grupo más sensible a esa forma de muerte, en una tercera parte de los países, 100.000 adolescentes se suicidan cada año, sin perder de vista que por cada caso consumado existen entre 10 y 20 intentos de suicidio. Cada día se suicidan adolescentes entre los 10 y 19 años, y la RD no es la excepción, años atrás, la gran mayoría de las muertes eran exclusiva de los adultos, ahora abarcan todo tipo de edades y en los últimos años se incrementó en el periodo de pubertad y pre adolescencia entre los 8 y 13. Debo resaltar que en nuestro país las estadísticas no siempre son exactas, ya que existe un porcentaje que por diferentes razones no son registrados o no llegan a los organismos informativo y además el suicidio no es el único episodio que denota la presencia de la alteración de la salud mental o falta de esta, existe diferentes factores que van desde la carga genética hasta otros no determinante de la salud mental, pero que en algunas personas en mayor proporción, otras vienen como consecuencia a un suceso (X) y este mismo hecho se convierte en un detonante para el suicidio.
Aquí mencionaré algunos factores que inducen a perder la salud mental y pueden desencadenar en una conducta suicida:
La depresión por muerte de un ser querido, el divorcio, el desempleo o falta de oportunidades de insertarse, en el mercado laboral.
Las enfermedades física catastróficas o costosas con secuelas inmanejable por la persona.
La depresión, conflictos familiares, problemas sentimentales, violaciones, baja autoestima.
EL abuso de sustancias alucinógenas o alcohol.
Ausencias de afiliación religiosa o descontentos con Dios,
Sin embargo, los factores antes mencionados, no forman la totalidad, existen muchos otros que afectarán al individuo de una u otra manera.
En RD la gestión de la prevención, del suicidio, es muy tímida.
Entiendo que debería de ser una preocupación de todos, dentro de la gestión gubernamental, los padres, los diferentes sectores, convirtiéndose en prioridad general.
Según el Atlas de Salud Mental de la OMS, para 2013 el gasto per cápita en RD en esa área apenas llegó a los US$0.09 (RD$4.09). La inversión per cápita total en salud ese año alcanzó apenas los US$315 (RD$15.57 resulta insuficiente para compensar el límite inferior de los costos asociados.
Pero no todo es sombrío gracias a la OMS y OPS de la salud.
Frente a la problemática existente en la OMS y la OPS reconoce al suicidio como un problema relevante de salud pública y ha fortalecido su cooperación técnica en este campo. En su más reciente Plan Estratégico (2015-2020), determinó que el suicidio es uno de los indicadores de impacto que deben ser evaluados en la Región.
La OMS y la OPS convocaron una reunión para la prevención del suicidio, en ella participaron 12 países Belice, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guyana, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico, Surinam, Trinidad y Tobago, y Uruguay, además dos representantes y de la OPS/OMS, en la misma se elaboró un plan nacional de prevención contra el suicidio como líneas estratégicas y proporcionaron un plan de acción con intervenciones definidas que incluye:
Abordaje de las conductas suicidas.
Sensibilización y educación dirigida a la comunidad, en cuanto a la promoción y prevención de suicidio, y la salud mental.
Formación y capacitación a profesionales de la salud, educadores y familiares para prevenir, identificar y tratar la conducta suicida.
Monitoreo, evaluación y seguimiento de casos a través de sistemas de vigilancia.
En los casos de referencia Su impacto ha mejorado la salud, siendo valorado positivamente en reducción en estabilización de las tasas de mortalidad, en mejora de los servicios ofrecidos y en la ampliación de la cobertura en prevención.
En conclusión la RD debe adoptar las mejores prácticas de referencias en cuanto a la formación y concientización de estos enemigos silente que afecta la salud mental y así lograr visualizar un horizonte promisorio.
Por: Altagracia De Jesús Martínez