Queridas hijas le cuento lo arrepentido que estoy por la carta que les hice hace 50 años pasado a los Santos Reyes, la carta estaba llena de malas palabras hasta fui xenofobia, excluyente, y hasta racista, recuerdo que le dije maldito negro, lambon, Peña Gómez , Lopim batata, hasta les dije, asexuales , sin órganos genitales, de los amigos de los niños ricos y muy malcriados con sus padres, a ellos le dejaban juguetes tecnológicos que no le permitían saborear experiencia de aburrimiento, ni la tristeza, ni mucho menos conocer la soledad, pero nosotros los hijos de rabo de puerca nunca los Santos Reyes nos dejaban lo que pedía-mos, cuanta tristeza , cuantas frustraciones, cuanta soledad, pero si reconozco que aprendimos que la felicidad no es constante, esto no es posible porque la realidad está muy lejos de ser una vivencia de felicidad permanente, y da pena que algunos padres ricos creen que sus funciones es esa, lograr que sus hijos sean felices todo el tiempo, sin entender que es muy normal y saludable que los niños experimenten la tristeza la frustraciones y decepciones para que su alma se fortalezca forme una coraza de hierro como si fuera el vestido de Don Quijote de la mancha.
Queridas nietas no es que soy un abuelo quedao, tacaño, que se me fue la guagua, es que no voy a permitir que los Santos Reyes les deje grandes juguetes tecnológicos, que le quite el deseo de comer, de dormir, de jugar, de cumplir su papel de niña haciendo casita, jugando al papa y la mama con el vecinito fresco del frente y luego decirle que eso no se hace hasta que estén grandes, que las niñas ni juegan de bajo de la cama con varones, que no se dejen poner las manos de los adultos cerca de los pantis , que no baile dando golpe de barriga por que en los últimos tiempos los padres, estamos criando niños sin habilidades interiores, sin ofrecerles las oportunidades para el desarrollo de su espíritud, dándole demasiado interés en el éxito material y pocos aportes al desarrollo de sus habilidades emocionales.
Queridas nietas todavía a mi edad sigo creyendo en los Santos Reyes son tan justos que solo regalan a los niños lo que los padres puedan, por eso las llevo a los supermercados desde que comienzan a caminar para provocarlas que quieran todas las cosas del súper y solo llevarse una , apenas una, porque la idea es enseñarle que la vida son normales las retenciones que existen reglas, límites y que las de más personas tienen un espacio para mirar las estrellas y hasta amar a otra persona que no son ustedes tomare el tiempo necesario para enseñarle a buscar leña para que hagan fuego y ablanden el corazón de hierro que heredaron de su abuelo y se lo entreguen frio y blando como un pan al hombre que coincidan en el amor hasta que ambos quieran pero nunca quitarse la vida por amor.
ATT:
Manolo Bonilla
El abuelo