Presumir es mostrarse muy orgulloso de sí mismo o de sus cosas. Esta palabra, presumir, parece sencilla y bastante común pero tiene más tela que una de esas tiendas de la Duarte que las que venden en rollos y la miden aun por yardas con una vara y gran habilidad.
Desde el punto de vista psicológico, presumir responde a un sinnúmero de motivaciones entre las que destacan la necesidad de auto promocionarse, la búsqueda de valoración externa, compensar sentimientos de insuficiencia, reforzar la propia identidad, o ser una estrategia para mostrar la experticia que uno posee.
Y desde un punto más coloquial presumir es una vaina grande porque es una fábrica de producir suficiencia, chulería, altanería, desprecio, depresión, complejo, envidia, arrogancia y un paquete de cosas negativas más.
Pero eso de presumir es tan común como el arroz del mediodía, o el salami frito con huevos fritos o yuca sancochada por la noche. Todos, usted lector-a, yo, y el vecino-a de tercer piso que no paga la cuota del condominio, hemos presumido de algo o de mucho ya sea en poca o gran cantidad, en mayor o menor intensidad, antes, o ahora, y la hemos exhibido, seguro, no pocas veces.
Se presume de ser el más inteligente de la clase ¿Recuerdan a Ricardito, el niño repipi que hacía integrales como churros mientras que uno apenas sabía sumar con los dedos y como nos decía ¡Tontos! ? o Fulgencio, el más simpático-a de la tertulia que contaba cuentos y chistes con tanta gracias y nos decía ¡Aburridos!, o Andrés, el más buen mozo-a del grupo que se llevaba las jevas más lindas y nos decía riéndose ¡Feos!, o Alberto el forzudo que exhibía sus cuadritos y nos decía ¡Timacles! O Juanita, la marisabidilla que recitaba de memoria la tabla de números periódicos y nos decía con suficiencia ¡Tarados!
También se puede presumir de ser idiotas sin darnos cuenta de ello y esto sucede con bastante frecuencia, y por presumir-presumir hasta se presume de no haber presumido.
Digan lo que digan las feministas, las mujeres son más presumidas que los hombres –que también lo son y mucho– pues tienen muchas más cualidades para ello: su gran belleza, un pelo precioso, una cara linda, ojos misteriosos, labios tentadores, y cuerpos esculturales, sin contar con la viveza, intuición, e inteligencia propias de ese sexo, que las hace tan especiales e interesantes.
Desde el punto de vista sociológico el presumir también varían según las culturas, lo tiempos y los niveles sociales, pero en todos los lugares se presume, en Occidente, en Oriente, en el Polo Norte, y en África donde hay tribus que viven casi para esos fines colgándose aros enormes de las orejas y labios o estirándose los cuellos a lo jirafa.
Hay puntos donde se cultiva el presumir con gran éxito, por ejemplo Hollywood es un productor impresionante con sus infinitas estrellas femeninas y estrellos masculinos. Claro que muchos tienen cualidades para hacerlo y mucho, por ser lindas y lindos Marilyn Monroe, Raquel Welch, Kim Novack, George Clooney, Paul Neuman, Bad Pitt , Roberr Redford…y por ser excelentes actores, como Cary Cooper, Marlon Brandon, Meryl Streep, Katharine Hepburn, Robert de Niro… Bette Davis y centenares y millares más.
Otro punto son los desfiles de modas con bellas modelos casi esqueléticas mostrando vestidos atrevidos para que nuestras esposas los luzcan después en los eventos sociales. Hay muchos otros. Tiendas exclusivas de ropa, de relojes, de bolsos, de licores finos, de automóviles de lujo. clínicas de cirugía estética, gimnasios, masajes… y no pararíamos de citar hasta marzo del año que viene.
Desde el punto de vista económico la industria del presumir genera millares de millones de dineros y centenares de miles de puestos de trabajo, si se dejara de presumir se acabarían los pintalabios, los coloretes, las cremas, las joyas, las champañas, todo lo citado anteriormente y más, muchísimo más.
Y desde el punto de vista psicológico sin no se presumiera nos quedaríamos sin un buen incentivo para superarnos y pasar de envidiosos a envidiados y así vengarnos de los vecinos que compraron un televisor de última generación pero ahora el nuestro es mucho más más caro, tiene más pulgadas de pantalla, más canales y más féferes tecnológicos ¿Qué se habían creído él y su mujer? ¿Qué iban a ser más que nosotros? ¡Pues no! ¡Hay que ponerlos en su lugar!
¿Se acuerdan de aquella canción que decía ¨Envidia, tengo envida del pañuelo que una vez secó tu llanto…¨ ¿Bonita, no?
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