Santo Domingo. – El exministro de Economía, Juan Ariel Jiménez, rechazó las declaraciones del presidente Luis Abinader, quien afirmó que el 80 % de los préstamos contratados por su gobierno se destinó a pagar compromisos heredados de administraciones anteriores. Jiménez sostuvo que los datos oficiales demuestran que la mayor parte del endeudamiento actual financia gasto corriente y no deudas pasadas.
A través de un hilo titulado “1 minuto, 3 mentiras” en su cuenta de X (Twitter), el también economista explicó que los registros de la Dirección General de Crédito Público, el Ministerio de Hacienda y la Dirección General de Presupuesto (DIGEPRES) contradicen la afirmación presidencial. “Es falso que el endeudamiento haya sido mayormente para pagar deuda vieja, falso que el gobierno haya reducido la deuda como porcentaje del PIB y falso que sea el único gobierno donde se ha reducido deuda porcentual”, señaló.
Hago breve hilo titulado “1 minuto, 3 mentiras”.
Mentira 1: Falso que endeudamiento ha sido mayormente para pagar deuda vieja.
Mentira 2: Falso que gobierno ha disminuido deuda porcentual.
Mentira 3: Falso que sea único gobierno donde se ha reducido deuda porcentual. https://t.co/IrZvPCoUR2— Juan Ariel Jiménez (@JimeneznJuan) October 7, 2025
De acuerdo con las cifras citadas por Jiménez, entre septiembre de 2020 y agosto de 2025 el Gobierno desembolsó US$38,302 millones, de los cuales US$17,660 millones se utilizaron para amortizar deuda anterior, mientras que US$18,991 millones corresponden a nuevo endeudamiento neto. “Si el dinero tomado en préstamos se usara exclusivamente para pagar deuda vieja, el saldo total no aumentaría, pero las cifras evidencian lo contrario”, explicó.
Para ilustrar, el exministro usó un ejemplo: “Si debo 100 pesos y tomo 50 prestados, debo 150. Si uso los 50 para pagar deuda vieja, vuelvo a deber 100. Pero si solo pago 20, mi nueva deuda es 130; es decir, aumento neto de 30”.
Jiménez también cuestionó que el gobierno atribuya a una gestión prudente la reducción de la deuda como proporción del PIB, señalando que este descenso se debe al rebote económico tras la pandemia. Recordó que en 2020, con la economía paralizada por la COVID-19, el indicador deuda/PIB se disparó a 56.5 %, pero al reactivarse la economía en 2021 cayó a 50.4 % y en 2024 se sitúa en 46.2 %, reflejando el crecimiento del PIB y no una disminución real de la deuda.
El exministro enfatizó que no es la primera vez que el país reduce la deuda en términos porcentuales. “Entre 1986 y 1996, entre 1996 y 2000, y entre 2004 y 2008 también se redujo la deuda como proporción del PIB”, subrayó.
El señalamiento más crítico de Jiménez apunta al uso de la deuda para financiar gasto corriente. Basado en datos de la DIGEPRES, indicó que desde 2020 el país presenta déficit corriente, lo que implica que el Estado gasta más en operaciones diarias de lo que recauda. “Desde 2020 se ha generado un desahorro corriente, que equivale a endeudarse para financiar gasto corriente y no inversión pública. Esto pone en riesgo la sostenibilidad fiscal del país”, advirtió.
Un gráfico compartido por Jiménez muestra que el ahorro corriente pasó de +0.4 % del PIB en 2019 a –5.3 % en 2020, y ha permanecido negativo entre –1.1 % y –0.6 % hasta 2024, confirmando que el endeudamiento ha servido para cubrir nóminas, subsidios y otros gastos administrativos. “El gobierno se endeuda mucho, pero construye poco”, sentenció.
Finalmente, alertó sobre el crecimiento de la deuda cuasifiscal del Banco Central, que, según sus cálculos, “casi se ha duplicado, como no se veía desde el periodo 2000–2004”.
Jiménez concluyó que los datos contradicen la narrativa oficial: “El gobierno no se endeuda para pagar deuda vieja, sino para financiar su gasto corriente. Esa es la verdadera causa del deterioro de las finanzas públicas”.
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