Todos los crímenes de Estado que se conocieron en el Gobierno de los 12 años del doctor Balaguer, en su mayoría quedaban resueltos al momento que el citado mandatario del crimen organizado, ordenaba una comisión investigadora, integrada por los autores materiales e intelectuales de los mismos.
Al originarse el destape de corrupción ocurrido en el Seguro Nacional de Salud, conocido como SENASA, que asciende unos 25 mil millones de pesos y el presidente Luis Abinader declinar en el Ministerio Público que investigue ese hecho, terminará como los crímenes del balaguerato sin identificar los responsables.
Como es de conocimiento en la sociedad dominicana la permisividad que siempre ha existido, por la falta de aplicación de un régimen de consecuencia a los verdaderos autores de esos delitos de corrupción administrativa, en nada ha de sorprendernos que ese caso se quede en el limbo tal y como sucedía en los gobiernos de Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina.
Aunque nos tilden de exagerados y de opositores al gobierno central, el desfalco del SENASA no solo compromete recursos públicos, sino que vulnera el derecho fundamental a la salud de miles de dominicanos que no nacieron en un régimen familiar de opulencia económica.
Estaremos a espera que se determinen desde cuándo estaba ese entramado de corrupción, se identifiquen a los responsables y quiénes eran sus patrocinadores, que han de estar en las alturas del poder político y económico.
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