Cuando veo la inmensa cantidad de obras realizadas durante los ocho años de gobierno del Presidente Danilo Medina que terminarán el próximo 16 de agosto, siento una gran alegría por todos los dominicanos y dominicanas que se benefician de las mismas y, al mismo tiempo, me lleno de desencanto, dolor y hasta de furia.
Danilo Medina, nuestro actual Presidente, presenta con orgullo el asfaltado de miles de kilómetros cuadrados de calles, avenidas, carreteras, caminos vecinales, callejones, etc.
Parte importante de sus realizaciones como Primer Mandatario dominicano se pueden notar al recorrer cualquier rincón de nuestro país por excelentes carreteras que nos comunican con facilidad desde el este hasta el sur o el norte, pasando por el Distrito Nacional.
Ya al final de su último mandato, el Presidente Medina se ha dedicado a dejar inauguradas grandes obras de infraestructura que ha construido y yo solo puedo suspirar al pensar que no inaugurará la que anhelo que inaugure.
Lo que estoy expresando lo pueden ver hasta los ciegos, ya que estos, aunque no tienen el sentido de la vista, si pueden sentir, y percibir lo bueno o la malo de los caminos por donde transitan.
No es lo mismo ir en un vehículo por una carretera llena de hoyos que por una donde los vehículos parece que vuelan por la suavidad del asfalto correctamente colocado.
Nuestro Ex-Presidente Dr. Leonel Fernández, durante sus doce años también realizó numerosas obras de infraestructura, pero él tampoco se apiadó de nosotros.
Ni Danilo, ni Leonel, dedicaron un poquito de los presupuestos que manejaron para dejar concluida la carretera que va desde Hato Mayor hasta Sabana de La Mar, pasando por el Municipio de El Valle, lugar donde tuve la dicha de nacer.
Parece que los residentes en esa parte de nuestra amada Quisqueya no se merecen una carretera digna por la que puedan transitar sin que tengan que deteriorarse sus vehículos debido a la inmensa cantidad de hoyos que tiene la misma.
Son solo cuarenta y cuatro (44) kilómetros los que hay en ese trayecto, de los cuales unos doce están asfaltados.
Ya que los mencionados mandatarios no se condolieron de nosotros y no les pusieron el interés necesario, ni la voluntad, para que ese pedacito de nuestra tierra también brindara la facilidad de un adecuado sistema de comunicación vial, yo apelo a nuestro próximo Presidente, el Lic. Luis Abinader para que, dentro de sus prioridades, incluya la terminación de ese tramo de carretera.
Ese es el objetivo principal de este artículo.
Apelo al buen sentir de las próximas autoridades para que no dejen en el olvido una comunidad trabajadora, llena de hombres y mujeres que sueñan por dejar de vivir entre el lodo y el polvo que genera una carretera que mas bien parece un camino vecinal abandonado.
Presidente Luis Abinader. Por favor, llénese de gloria y reciba las eternas bendiciones de todos los Valleros y Sabanalamarinos que tenemos que transitar por esa mal llamada carretera.
No nos abandone. Dígale al nuevo Ministro de Obras Públicas que se proponga llevar la alegría a los miles de ciudadanos que viven en: El 15, Manchao, el 23, el 20, El Cabao, El Valle y Sabana de la Mar.
Presidente Abinader, investigue cual es la empresa que tiene el contrato de la obra, asígnele el dinero que haga falta para culminar la carretera, si quiere cámbiela por otra, pero, por favor, asegúrese de que la terminen y, sobre todo, que la hagan bien hecha.
Elevo a Dios una plegaria para que, al final de su mandato, no tengamos que decir: Que pena Presidente Abinader, usted tampoco terminó la carretera Hato Mayor-El Valle-Sabana de la Mar.