Muchas veces nos hemos preguntado: ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Qué sentido tiene vivir? ¿Por qué vivimos? ¿Qué hay después de la muerte? ¿A dónde vamos cuando morimos? ¿A qué venimos? ¿A dónde va el alma?….
La muerte ha sido uno de los puntos más importantes que las religiones han expuesto. Si el alma deja el cuerpo ¿hacia dónde va nuestra alma?
El judaísmo es la religión monoteísta más antigua, aunque en sus inicios no lo era. Este dogma sostiene que cuando morimos poco importa lo que haya después de la muerte, se fundamenta en que debemos seguir las sagradas escrituras de la Torá, por medio de sus enseñanzas divinas las cuales nos dejan al libre albedrío para poder evaluar nuestro grado de madurez ante los preceptos morales dictados por Yahve.
Mientras que el cristianismo adopta algunos preceptos del judaísmo, sustenta que el alma no muere, es inmortal. Existe vida después de la muerte porque hay un paraíso maravilloso que espera por nosotros para vivir en la gloria de Dios. Y que una fe firme no nos garantiza una vida eterna al lado del Padre celestial, por lo que el purgatorio será la manera para acceder a Dios.
También influenciada por el judaísmo, el Islam afirma que siguiendo las revelaciones de Alá accederemos a su paraíso, por tanto él decide cuándo existimos y cuando no. Evaluando nuestros actos hacía con él por medio de sus iluminaciones, trascendemos a la vida eterna para con él; porque la vida en la tierra es temporal, pasajera y efímera, para todo lo que Alá nos aguarda cuando nos encontremos con él.
El Hinduismos considera que el alma cuando desaparece de la tierra no muere, es inmortal, “reencarna”. Nuestra alma puede permanecer en Karma a través de varias vidas, hasta tanto no evolucionemos. La inmortalidad y la auténtica vida del alma se alcanza a través de nuestras actuaciones correctas.
Mientras que los budistas entienden que el destino final de nuestra vida termina en otra vida, abrazan la idea de” transmigración” que es lo mismo a la reencarnación, y que si llevamos una vida moralmente buena es decir, evitando los excesos ante los placeres, se nos retribuirá a una mejor vida contribuyendo con ofrenda a los monjes y las meditaciones.
Epicuro entiende que la muerte es como una quimera, por que mientras uno existe «no existe» la muerte, y cuando existe la muerte, dejamos de existir. El filósofo de las Ideas considera que tras la muerte el alma del hombre se compone de dos sustancias “alma inmaterial y cuerpo material” donde tienen su origen en “el alma intelectual” la cual es “ inmortal”. Su discípulo Aristóteles considera que como ser natural el hombre está compuesto de “materia y forma” ambas mueren, aunque el “ánima” que es parte del alma es inmortal.
Hume sustenta que no podemos saber nada, porque el alma no es una “impresión” y la razón no puede ir más allá de las impresiones, por tanto eso es cuestión de fe. KANT entiende que pervive un “yo” es decir el alma a la muerte, aunque nos recuerda que no puede conocerse con la razón pura, sino con la razón práctica, la ética.
Marx apunta que el hombre es un ser natural, cumplimos nuestros ciclos en la tierra.
NIETZSCHE considera que la muerte no es más que vivir del modo que consideremos y que cuando la vivamos queramos volver a vivirla, sea para toda la eternidad, vivir al máximo.
Tanto los filósofos como las religiones se enfocan en encontrar sentido a la existencia mientras vivamos, actuar correctamente con nosotros y con los demás, que nuestras acciones estén apegadas a principios éticos, axiológicos o teológicos.
En definitiva, sea cual sea la idea o la creencia que tengamos de la muerte es intentar vivir a plenitud con lo que nos haga feliz ya sea con la familia, amigos, trabajo, viaje, música… la vida es la vida, aprendamos a dejar un legado positivo obrando bien, ya sea para encontramos con Dios o nuestros seres queridos o simplemente dejando huella inolvidable en la sociedad o entorno que nos toque vivir; porque no sabemos cuándo la muerte nos sorprenderá.
Me aseguraré de tener siempre en MI MESITA DE NOCHE lápiz y papel para recordar las cosas buenas y malas que me pasaron y me pasarán con las personas que un día estuvieron o estarán conmigo, porque la muerte será siempre un misterio del cual no quiero seguir escribiendo.
Hasta siempre Vitico/R
La autora es filosofa. yamirimatias@gmail.com