El presidente se ha dejado sentir con fuerza en este tiempo de transición, inaugurando obras en construcción, ascendiendo a miembros de las Fuerzas Armadas y pensionando a personajes, que no han dado un golpe en el Estado.
Ahora también tiene una presencia por excelencia en los medios de comunicación, al anunciar que no estará el domingo en el solemne acto de toma de posesión del nuevo presidente, licenciado Luis Abinader.
Con su decisión Danilo Medina busca imitar al presidente Rafael Bonnelly, quien no asistió el 27 de febrero de 1963 al acto de toma de posesión del profesor Juan Bosch, alegando no haber sido invitado, que no es el caso del licenciado Medina.
Los argumentos de Medina han sido calificados de insignificantes y faltos de responsabilidad, entendiendo que no quiere ser testigo de cuestionamientos a su gestión, que por 8 años estuvo cargado de enriquecimientos ilícitos de sus principales funcionarios.
Sectores importantes de la sociedad apuestan que el gobernante no debe ser igual al que vistió el presidente constitucional, Don Antonio Guzmàn Fernández, pero alguna vez, ha de ser sentado en el banquillo de los acusados, para que responda a los actos “dolosos” que adornaron su gestión presidencial.
El ex presidente Jorge Blanco fue condenado por corrupción, no descartamos que suceda lo mismo con el licenciado Danilo Medina.