New York.- Aun con la reiteración de muchas de sus ofertas de campaña, el discurso de toma de posesión del presidente Luis Abinader se redujo a un aplauso y agradecimiento en el caso de la comunidad dominicana emigrada.
Una comunidad que probablemente ha hecho mas que todos los gobiernos en la lucha contra la pobreza durante los últimos 40 años.
Con un discurso que luce esperanzador para la mayoría de la población en el territorio nacional, el presidente entrante no se comprometió con nuestros migrantes a quienes reconoció haber aumentado sus remesas en medio de la pandemia y la crisis económica mundial que se vive.
Estas remesas en lo que va de año superan los US$4,300 millones.
A lo más que llegó el presidente entrante fue a la formulación de un enunciado general de compromiso con el dominicano sin importar su lugar de residencia.
Una agenda de cambio que busca construir un “País para su Gente” como la ofertada por el presidente Abinader que excluya, de entrada, a cerca de dos millones de connacionales queda cuestionada en su intención y en su alcance.
Es del conocimiento de la nueva administración el interés de nuestros migrantes para ser incluidos, sin politiquería, en programas de adquisición de primera vivienda, en que se reajusten las leyes para facilitar nuestras inversiones económicas, se fortalezca la seguridad jurídica con garantía de preservar casas, solares y otros bienes adquiridos y se reduzcan los altos costos en los servicios consulares, entre otras demandas que por años ha levantado nuestra comunidad.
En el sentido expuesto la comunidad debe mantenerse vigilante para que la oferta de cambio por la cual votó no caiga en un zafacón cualquiera de una calle del Alto Manhattan.
Desde Alianza País reiteramos nuestra posición como fuerza opositora de proponer iniciativas que asumimos beneficiosas para el país, respaldar las medidas positivas que adopten las autoridades y rechazar toda posición que lesione los intereses de nuestra comunidad y el pueblo dominicano.