Desde que fue decapitada la tiranía de Trujillo en 1961 y desde que en nuestro país se comenzó a celebrar elecciones presidenciales mínimamente libres y democráticas, la mayoría de los partidos políticos, con fines de tener su propia identificación y de atraer a sus correligionarios han creado sus slogans o lemas de campaña en distintas épocas. Entre los slogans más conocidos se encuentran:
PRD: “Vergüenza contra dinero”, “Manos limpias”. “Primero la gente”, “De que se van, se van”; “Llegó Papá”. PRSC: “Y vuelve y vuelve”, “A la carga Reformistas: “A pasos de vencedores”. PLD: “Ahora sí”, “El Nuevo Camino”, E’ pa’ fuera que van”, “E´pa´lante que vamos”, “Afuera están y afuera se quedarán; “A trabajar”. PRM: “El Cambio Va”. FP: “El Camino seguro”
Algunos de estos slogans causaron un gran impacto, otros no, pues no aportaban ningún valor agregado. El título de este artículo corresponde al lema de campaña utilizado por el candidato a la presidencia de la República por el Partido de la Liberación Dominicana, licenciado Danilo Medina Sánchez para el cuatrienio 2012-2016.
Independientemente que estemos o no de acuerdo con él y dejando de lado las pasiones políticas, consideramos que el señor Presidente de la República, Luis Abinader Corona y todos sus funcionarios, deben continuar aplicando dicho slogan, ya no como un lema de campaña, sino como parte de los objetivos de la gestión gubernamental que recién se inicia. Hacemos esta humilde sugerencia porque en todos los gobiernos se realizan muchas cosas positivas, se cometen errores y se dejan de hacer otras muy importantes. Por muy buenos que estos sean, siempre se producen luces y sombras, pues como lo expresaba el Profesor Juan Bosch, “no hay nada tan bueno en la vida que no tenga sus cosas malas, ni nada tan malo que no tenga sus cosas buenas”.
En la pasada gestión de ocho años de gobiernos del expresidente Medina se realizaron e iniciaron grandes obras y proyectos en educación, salud, viviendas, ayudas sociales, fomento y préstamos a la agricultura y a las Mipymes; energía, turismo, infraestructuras y seguridad vial, el 9-1-1; transporte, agua, entre otras, que deben ser continuadas, mejoradas y concluidas, porque en la práctica se demostró que dieron y seguirán aportando muy buenos resultados; en cambio, se deben descontinuar las acciones incorrectas, corregir y evitar volver a cometer los mismos errores de la administración anterior y ejecutar todas aquellas que están contempladas en su programa de gobierno.
En conclusión, lo que queremos significar es que hay que darle continuidad a todo lo que ha dado buenos resultados, mejorarlo, pues siempre hay una mejor manera de hacer las cosas; concluir las obras que se dejaron en la etapa final, no paralizarlas o dejarlas abandonadas, pues el Estado es una empresa en marcha, no importa quién ni qué partido lo dirija; que no volvamos a la experiencia del pasado, que por el simple hecho que la administración saliente haya iniciado una obra o proyecto, dejarla abandonada, porque esa inversión se hizo con los impuestos pagados por los ciudadanos, y mientras más tiempo se mantiene paralizado, más costoso le saldrá al pueblo dominicano, pues este se va arruinando y arrabalizando. Ojalá que esto no vuelva a ocurrir.